Las 'estrellas fugaces' conocidas como las Perseidas se producen cuando la Tierra atraviesa una zona del sistema solar cercana al cometa Swift-Tuttle. Éste, en cada paso alrededor del sol, desprende pequeñas partículas que permanecen orbitando siguiendo al cometa en su órbita. Cuando nuestro planeta pasa por esta zona, los materiales son capturados por la gravedad terrestre y se queman al atravesar nuestra atmósfera, dando lugar a tan bello fenómeno.
Para poder ver las estelas con claridad, el mejor consejo es apartarse lo máximo posible de la luz de los núcleos urbanos. El departamento de Astrofísica y Ciencias de la Atmósfera ha elaborado un mapa en el que recoge los mejores lugares para su observación.
La luna, al encontrarse en los primeros días del cuarto creciente, no va a ser este año un inconveniente y se pondrá pronto sobre el horizonte oeste. Por ello, el mejor momento para disfrutar de la noche de las 'lágrimas de San Lorenzo' es a partir de la medianoche. A partir de entonces, el radiante, la zona desde la que parecen llegar los meteoritos, comienza a elevarse sobre el horizonte noreste.
Hay que acordarse de llevar ropa de abrigo, una manta o una estera que podamos colocar sobre el suelo. Recostarnos en una tumbona o en la silla de la playa es otra opción. No podemos olvidarnos de llevar un calzado cerrado, pues estos días las temperaturas nocturnas están bajando considerablemente.
En cuanto al lugar que escojamos, que no tiene por qué estar entre los deseables y puede ser el lugar más cercano a nuestra casa, es necesario, además de oscuridad, un horizonte despejado. Para 'cazar' el mayor número de perseidas, lo mejor es observar hacia el noreste a unos 45 grados de altura, es decir, a mitad de camino entre el horizonte y el punto más alto.
Los meteoritos empezarán a llegar desde esa dirección, concretamente desde la constelación de Perseo, de donde proviene su nombre. Podremos disfrutar, así, de este fenómeno con diferentes colores y brillos. Además, presenta la ventaja, con respecto a otros eventos astronómicos, de que no es necesario ningún instrumento óptico especial, y a simple vista es como mejor se observan. Para los más pequeños, aprovechando la facilidad de observación y el buen tiempo, éste puede ser el punto de partida para introducirlos en la Astronomía.
En cuanto a los aficionados a la fotografía, y los profesionales, se pueden conseguir espectaculares instantánesas con una cámara fotográfica que permita tener el obturador en posición "B", sobre un trípode y colocar su sensibilidad por encima de los 400 ASA. Con paciencia y exposiciones de unos 2 minutos con el objetivo a su menor aumento, se podrán capturar los trazos de la noche de las 'lágrimas de San Lorenzo'.