Un modelo matemático evidencia que sería más efectivo en la lucha contra el coronavirus vacunar antes a los transmisores que a los grupos de riesgo. El ingeniero español Jorge Rodríguez ha liderado este trabajo académico que sugiere que sería más útil vacunar en primer lugar a aquellas personas con más interacciones sociales. Con la vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech pendiente de aprobación regulatoria para Navidad 2020, el mundo ve la luz al final del túnel. Sin embargo, serán las decisiones de distribución que tomen los gobiernos las que determinarán la rapidez con la que todos podemos salir del confinamiento causado por la covid-19. Este enfoque de priorización y distribución requiere una cuidadosa reflexión.
¿Qué pasa si vacunar a los ancianos primero no es la mejor manera de minimizar las muertes por coronavirus? Un modelo recientemente publicado de tres académicos de la Universidad Khalifa de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) sugiere que se debe otorgar prioridad a los grupos con el mayor número de interacciones diarias por coronavirus, ya que eso amplifica la efectividad de la vacuna contra la covid-19 al reducir las infecciones y la mortalidad tanto entre el grupo vacunado y aquellos con quienes entran en contacto. Según su modelo, la priorización adecuada puede reducir el total de muertes hasta en un 70%.
"Dejando a un lado sanitarios y cuidadores de residencias, nuestros resultados indican que se puede evitar la expansión de la curva si vacunamos primero a aquellas personas con más interacciones, independientemente de su edad", ha señalado Rodríguez a Susanna Griso en una entrevista en Espejo Público de Antena 3.
Se reducirían las muerte en un 70%
Así las cosas, según el modelo de Jorge Rodríguez y su equipo, dar prioridad a las personas que más interactúan, como trabajadores esenciales y jóvenes, multiplicaría la efectividad de la vacuna contra el coronavirus al reducir las infecciones y la mortalidad tanto entre los vacunados como entre quienes entran en contacto ellos. "Nuestros resultados muestran sin ambigüedades cómo la planificación de la vacunación por grupos prioritarios puede lograr reducciones drásticas en el total de muertes (más del 70% en algunos casos) en comparación con la ausencia de priorización. Los resultados también indican en todos los casos [...] que los criterios de prioridad de vacunación grupal no deben ser los de mayor mortalidad sino los de mayor número de interacciones diarias persona a persona", dice el estudio.
Es más, el modelo es taxativo en este punto: "Sorprendentemente, nuestros resultados muestran en todos los casos que la priorización de los grupos con la mayor mortalidad pero menos interacciones sociales puede conducir a un número significativamente mayor de muertes totales finales, incluso mayor como si no se establecieran prioridades de grupo en absoluto. La explicación, claramente mostrada por el modelo mecanicista, es que la vacunación evita infecciones que reducen la mortalidad no solo del propio grupo vacunado sino también de las proyecciones de infecciones secundarias y posteriores infligidas al resto de la población por los vacunados en ese grupo".
Finalmente, el estudio invita a reflexionar sobre el plan de vacunación de los países, ya que el primer impulso es el de vacunar a la población de riesgo: "Precisamente este efecto de amplificación (naturaleza exponencial de la curva) parece provocar la mayor reducción en el total de muertes si se vacunan primero los grupos con más interacciones. La posible contradicción de estos resultados con algunas recomendaciones publicadas resalta la importancia de realizar un análisis abierto, exhaustivo y riguroso de este problema dejando atrás cualquier prejuicio subjetivo".