Ambos técnicos aprovecharon los medios de comunicación para dedicarse ciertas lindezas que dan muestra de la tensión que vive el campeonato futbolístico italiano a dos jornadas del final, sobre todo ante la posibilidad de que el Inter gane su segundo título de la temporada, quedando nuevamente por delante del Roma.
En una conferencia de prensa este sábado, Ranieri abría la veda sin referirse directamente al técnico portugués, pero aludiendo claramente al tipo de fútbol y a las "bombas de relojería" que, según él, lanza Mourinho, quien debe responder ahora además ante el comité de disciplina italiano por insinuar que el Roma puede pagar al Siena en la última jornada para conseguir que gane al Inter.
"Yo recorro otros caminos, soy distinto: me gusta el respeto y doy respeto. Aquí en Italia se cambia demasiado. No sé dónde nos llevará este camino", dijo Ranieri.
"Es demasiado fácil motivar, sentirse grupo, sintiéndose atacados por todos. A mí me gusta ganar de otro modo, porque el deporte es un vehículo importante para la sociedad italiana y para lo positivo que debería ser. Haciéndolo de este modo son todo bombas de relojería y a mí esto no me gusta. Soy un hombre de fútbol, al que le gusta hablar de fútbol", añadió.
El entrenador del Roma se refirió además a la expulsión del capitán de su equipo, Francesco Totti, en la final de la Copa Italia tras propinar una patada al "interista" Mario Balotelli, de ascendencia ghanesa, gesto por el que se ha criticado mucho estos días al futbolista italiano.
Ranieri dijo que la acción de Totti fue un error que el propio jugador ha reconocido, pero que quien afirma que el capitán "romanista" es racista es porque no lo conoce: "Todo padre querría a Francesco como hijo. No merece ser denigrado", apuntó.
Tal análisis de las polémicas que rodean a Inter y Roma y que caldean el ambiente estos días, tuvo horas después respuesta por parte de Mourinho, todo en medio de una rivalidad ya incendiada por el hecho de que los seguidores del Lazio (el otro equipo capitalino) celebraran una derrota de su equipo ante los "nerazzurri" por lo perjudicial que ésta era para los intereses de los "romanistas".
El entrenador portugués eligió la página web de su club para responder de este modo a Ranieri: "Hoy se ha hablado de cómo se motiva a los jugadores. Esto se hace todos los días, con el trabajo de grupo, entrenamiento tras entrenamiento. No se hace, sin duda, poniéndoles una película al equipo antes de una final de copa".
"Los jugadores son profesionales serios, no tienen que ser tratados como niños. Nosotros hemos preferido trabajar sobre el campo y hemos estudiado a fondo el Roma y sus puntos débiles. Si antes de un partido pongo al equipo a ver 'Gladiator', mis jugadores se echan a reír o llaman al médico preguntándole si estoy enfermo", añadió.
Mourinho, quien recriminó el juego duro, propio de "gladiadores", de los hombres de Ranieri el pasado miércoles, afirmó además que no cree ser un fenómeno, pero que ha trabajado mucho para ayudar a su equipo, sin lamentarse de nada y sin tratarles como niños.
"Nunca he dicho que soy un fenómeno, pero sin duda no es mi culpa si, en 2004, después de llegar al Chelsea y haber preguntado por qué cambiaron a Ranieri, me respondieron que querían ganar y con él eso no habría ocurrido nunca. De esto, yo, no tengo en absoluto la culpa", concluyó el siempre mordaz técnico del Inter.