Científico investigando en un laboratorio

Publicidad

Científicos del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona

Una mutación genética de hace 700 millones de años podría explicar el origen de algunos órganos humanos

Esta mutación genética se habría producido durante el proceso evolutivo de los animales y podría explicar el origen de algunos órganos y estructuras en humanos, como los pulmones o las extremidades anteriores y oído interno.

Científicos del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona han descubierto que una mutación genética que se produjo durante el proceso evolutivo de los animales hace más de 700 millones y sin función biológica aparente podría explicar el origen de algunos órganos y otras estructuras en humanos y otros vertebrados.

En concreto, según detallan en un artículo en la revista 'Nature Communications', han visto que esta antigua mutación --probablemente posterior a la separación de las medusas y anémonas de mar y anterior a la aparición de los vertebrados en la evolución-- afectó a un gen de la familia de los receptores del factor de crecimiento de fibroblastos (Fgfr).

Y, curiosamente, este cambio genético espoleó millones de años después la conexión entre dos redes génicas (gen regulador ESRP y Fgfr) clave en la maquinaria molecular para generar órganos y estructuras (pulmones, extremidades anteriores y oído interno) en la evolución biológica de los animales.

Los autores coinciden en que se trata de nueva aproximación al estudio de la evolución de los vertebrados desde la biología evolutiva del desarrollo (evo-devo), un paradigma novedoso en el mundo de la biología evolutiva que estudia los mecanismos y procesos evolutivos relacionados con el desarrollo y la morfogénesis de los seres vivos.

Un gen puede codificar diferentes proteínas, con funcionalidad diversa, mediante la maquinaria genética del empalme alternativo (alternative splicing). Y en algunas líneas celulares humanas, este proceso es controlado por genes reguladores especiales, como el ESRP1 y el ESRP2, que están implicados en procesos morfogenéticos.

Por tanto, el genoma controla todos los procesos de desarrollo embrionario y de interacción entre células. Y si cambia este modelo de interacción, puede alterarse también la morfología de las estructuras biológicas.

Publicidad