Observaciones súpernítidas con el telescopio ALMA han revelado lo que parece ser una llamarada en la superficie de Mira, una de las estrellas más cercanas y más famosos gigantes rojas en el cielo. Actividad como ésta en gigantes rojas - similar a lo que vemos en el Sol - es una sorpresa para los astrónomos. El descubrimiento podría ayudar a explicar cómo los vientos desde las estrellas gigantes hacen su contribución al ecosistema de nuestra galaxia.
"La visión de Alma es tan aguda que podemos empezar a ver los detalles en la superficie de la estrella. Parte de la superficie estelar no es sólo extremadamente brillante, también varía en brillo. Esto debe ser una llamarada gigante, y creemos que está relacionado con una llamarada que los telescopios de rayos X observaron hace unos años", ha dicho Wouter Vlemmings, astrónomo de Chalmers, quien dirigió el equipo. Los resultados han sido publicados en la revista Astronomy & Astrophysics.
Las gigantes rojas como Mira A son componentes cruciales del ecosistema de nuestra galaxia. A medida que llegan al final de su vida, pierden sus capas exteriores en forma de vientos humeantes irregulares. Estos vientos llevan elementos pesados que las estrellas han fabricado y que en el espacio pueden formar nuevas estrellas y planetas. La mayor parte del carbono, oxígeno y nitrógeno en nuestros cuerpos se formó en las estrellas y fue redistribuido por sus vientos.
Mira - significa "maravilloso" en latín - ha sido conocido durante siglos como una de las más famosas estrellas variables en el cielo. En su máximo brillante, se puede ver claramente a simple vista, pero cuando está en su periodo más débil se necesita un telescopio. La estrella, a 420 años luz de distancia en la constelación de Cetus, es en realidad un sistema binario, compuesto por dos estrellas de aproximadamente la misma masa que el sol: se trata de una densa enana blanca caliente y otra roja gigante más fría, en órbita entre sí a una distancia aproximadamente igual a la distancia media de Plutón al Sol.
El Sol, nuestra estrella más cercana, muestra la actividad impulsada por los campos magnéticos, y esta actividad, a veces en forma de tormentas solares, impulsa las partículas que componen el viento solar, que a su vez puede crear auroras en la Tierra.
"Ver a un brote así en Mira A sugiere que los campos magnéticos también tienen un papel en los vientos que surgen de las gigantes rojas", dice Wouter Vlemmings. Las nuevas imágenes dan a los astrónomos la visión más nítida jamás conseguida de Mira B, que está lo suficientemente cerca de su compañera como para que el material fluya de una estrella a la otra.