Los cosmonautas rusos Serguéi Prokópiev y Oleg Kononenko iniciaron hoy una caminata espacial de más de seis horas en la Estación Espacial Internacional (EEI) que la agencia espacial rusa considera de una gran dificultad.
Prokópiev y Kononenko abrieron las escotillas del módulo Pirs a las 16:02 GMT, tras lo que dieron inicio a su misión en el espacio exterior, según se puede ver en la página web de la NASA. Antes de salir de la plataforma orbital, los astronautas entraron en la cámara de despresurización y conectaron el sistema de alimentación autónoma de sus escafandras, lo que marca el comienzo de la actividad extravehicular.
El jefe de la agencia espacial rusa, Roscosmos, Dmitri Rogozin, aseguró que la caminata "no tiene precedentes por su dificultad". Antes de volar a principios de mes con destino a la EEI, Kononenko explicó que "el principal objetivo es retirar una parte del revestimiento antimeteoritos, que, es posible, que fuera dañado por el taladro y llevarlo de regreso a la Tierra".
El cosmonauta se refería al orificio detectado a finales de agosto en la nave rusa Soyuz MS-09, que provocó problemas de hermeticidad en la plataforma que ya han sido totalmente subsanados, y cuyo origen aún debe ser determinado.
Como la Soyuz en cuestión no está equipada para caminatas espaciales, Kononenko tendrá que desplazarse hasta la nave rusa con la ayuda de un brazo robótico manejado por control remoto por su compañero Prokópiev. Seguidamente, Kononenko deberá utilizar cuchillo y tijeras para cortar el revestimiento antimeteoritos con el fin de llevarse un trozo de regreso a nuestro planeta.
Roscosmos mantiene que el diminuto agujero nunca puso en peligro la vida de la tripulación de la estación, aunque algunas fuentes no descartaron que el orificio fuera taladrado después del ensamblaje. Kononenko llegó a la estación el pasado 3 de diciembre en la Soyuz MS-10 junto a la estadounidense Anne McLain y el canadiense David Saint-Jacques.