Un estudio que acaba de publicar en la revista Journal of Human Evolution un equipo del Cenieh, del que forma parte Rodríguez, concluye que no había escasez de recursos alimenticios para carnívoros en la sierra de Atapuerca en la época en que vivió el considerado primer homínido europeo, el Homo Antecessor, hace unos 800.000 años.
Guillermo Rodríguez ha considerado que las marcas de cortes que aparecen en restos de homínidos y las de otros animales que fueron comidos por el Homo Antecessor son muy similares y se encuentran en los mismos lugares, lo que descarta la hipótesis de un canibalismo "cultural o ritual".
Las marcas de corte y fracturas de los huesos de los homínidos para extraer el tuétano de su interior son casi idénticas a las que se encuentran en otros animales con marcas de herramientas, que también fueron consumidas por el Homo Antecessor.
El científico ha explicado que para llegar a estas conclusiones han estudiado registros fósiles encontrados en el nivel TD-6 del yacimiento de Gran Dolina de la Sierra de Atapuerca, donde se encontraron en 1994 los restos del Homo Antecessor.
Junto a los restos de homínidos se encuentran restos de herbívoros, que eran muy abundantes, lo que hace pensar que no tenían necesidad de practicar el canibalismo.
El equipo del CENIEH ha elaborado un estudio basado en un modelo matemático que han elaborado ellos mismos y que permite establecer la correlación entre la carne disponible y los carnívoros que necesitaban consumirla, tanto homínidos como otros animales.
En el estudio, que comenzaron a elaborar en septiembre de 2011 y acaba de ser publicado en Journal of Human Evolution, concluyen que había bastante alimento para todos los carnívoros sin necesidad de practicar el canibalismo.
Guillermo Rodríguez, que está elaborando una tesis doctoral sobre los recursos tróficos en la sierra de Atapuerca, reconoce que en la época en que vivió el Homo Antecessor pudo haber momentos puntuales de escasez, aunque en general había recursos suficientes para alimentar a la población de homínidos sin problemas.
Precisamente, uno de sus objetivos es mejorar el modelo matemático sobre recursos tróficos para aumentar su precisión y estudiar diferentes niveles de los yacimientos de Atapuerca para poder elaborar un perfil de la evolución de la cadena trófica, para establecer la evolución en la alimentación de los homínidos que la poblaron y su relación con los animales que tenían disponibles en cada momento.