Es el canal de aguas tranquilas. 320 metros de largo, 12 y medio de ancho y una profundidad de 6 metros y medio. Se coloca una maqueta a escala del barco que se quiere probar para conocer la resistencia al agua.
Los veleros también pasan por aquí, los últimos, los que participaron en el desafío de la copa América, para pulir el diseño y ganar milésimas de segundo.
Se trata de unas pruebas muy útiles también para los pesqueros. Las burbujas sobre la hélice las provoca la cavitación, el agua que se transforma en vapor al variar la presión. Provoca ruido que ahuyenta a las capturas y disminuye el rendimiento de la hélice. Con estas pruebas se consigue elegir la más adecuada. Son pequeñas olas artificiales que apenas levantan unos centímetros pero que si colocamos una maqueta realizada a escala se transforma en un mar embravecido.
Pocos países cuentan con estas instalaciones, tres canales con la última tecnología para construir barcos más rápidos y seguros.