Un equipo de científicos estadounidense ha resuelto el misterio de las piedras que se mueven 'solas' en el lago seco conocido como Valle de la Muerte, en California. Se trata de la primera vez que una persona ha podido observar este fenómeno en directo.
Para lograrlo, los expertos decidieron supervisar las rocas de forma remota, mediante la instalación de una estación meteorológica de alta resolución capaz de medir ráfagas a intervalos de un segundo y montando unidades GPS activadas por movimiento a medida en algunas de ellas.
Uno de los autores del experimento, que ha sido publicado en 'Plos One', Ralph Lorenz , de la Scripps Institution of Oceanography en la University de California, ha reconocido que pensó que sería "el trabajo más aburrido de todos", ya que tenían que espera a que algo sucediera.
"Pensábamos que tendríamos que esperar entre cinco y diez años sin que nada se moviera"
Sin embargo, la investigación comenzó en 2011 y en diciembre de 2013, los investigadores llegaron a Valle de la Muerte para descubrir que la playa estaba cubierta con un estanque de agua de siete centímetros de profundidad. Poco después, las rocas comenzaron a moverse.
"La ciencia tiene a veces un elemento de suerte", ha apuntado otro de los científicos, Richard Norris. "Pensábamos que tendríamos que esperar entre cinco y diez años sin que nada se moviera, pero sólo habían pasado dos años de proyecto y estuvimos en el momento adecuado para ver qué sucedía en persona", ha señalado.
Sus observaciones muestran que para que las rocas entren en movimiento se necesita una rara combinación de eventos.
En primer lugar, que el lago se llene de agua, que debe estar a una altura lo suficientemente profunda para formar hielo flotante durante las noches frías de invierno, pero lo suficientemente poco profunda como para no bloquear las rocas.
Como las temperaturas nocturnas se desploman, el estanque se congela para formar láminas delgadas de hielo, que debe ser lo suficientemente delgado como para moverse libremente, pero lo suficientemente grueso como para mantener la fuerza.
Los días de Sol, el hielo comienza a derretirse y a romperse en grandes paneles flotantes que los vientos ligeros impulsan a través de la explanada, empujando las rocas y dejando rastros en el barro blando debajo de la superficie.
"El 21 de diciembre de 2013, tuvo ligar la ruptura de hielo alrededor del mediodía, oímos estallidos y crujidos procedentes de toda la superficie del estanque helado y pensamos: ¡es esto!" ha explicado Norris.