Hileras infinitas de lámparas solares y enormes molinos de vientos. Esta es la imagen de Tianjin Eco-city, la ciudad sostenible china que en 2020 dará hogar a 350.000 personas, convirtiéndola así en la ciudad más grande del mundo.
Cuando el Gobierno chino autorizó este proyecto en 2008, sólo exigió una cosa: que fuera un terreno inhabitable, inservible, con agua contaminada y que no se pudiera cultivar. Esos terrenos se convertirán en ocho años en una ciudad de 30 kilómetros cuadrados.
El proyecto, financiado por China y Singapour, está en pleno desarrollo. Ya hay ocho kilómetros cuadrados construídos y 200 familias viviendo en la zona.
"Lo que intentamos hacer es enseñar que la urbanización sostenible es posible y que puede hacerse de manera práctica y económica. Este es un modelo que puede ser imitado por otros lugares de China", asegura Ho Tong Yen, director ejecutivo del proyecto.
Las casas son muy económicas, unos 800 euros por metro cuadrado, y 100% ecológicas. Tienen techos solares que abastecen de agua caliente y están construídas con materiales sostenibles.
"Decidí vivir aquí porque quiero que mi familia viva en un buen medio ambiente. La calidad del aire y del agua es mucho mejor aquí que en cualquier otro lugar", explica Wang Yu, habitante de Tianjin.
El aire acondicionado será natural, a través de unos túneles de ventilación. Se reciclarán el 60% de los desechos y el transporte rodado se reducirá un 90%. Pero China tiene mucho que mejorar. Tres de cada cuatro ríos están contaminados y es el país con más emisiones de carbono.
