Esto es pura realidad, no hay actores ni efectos especiales. Los escenarios son espectaculares y también son de verdad: se trata de los fiordos noruegos.
Una pareja de amigos amante de la naturaleza y el deporte extremo se ha lanzado a practicar highlining, una especialidad en la que lo único necesario es la valentía.
Todas estas experiencias han sido recogidas en "Creo que puedo volar", un documental que tardó tres meses en filmarse. En total, 40 minutos de bellísimas imágenes que te dejan sin aliento