Luis Baraiazarra, de
76 años, fraile carmelita y académico vasco, recibió con júbilo la noticia en
el convento en el que vive. Cultura le había concedido el Premio Nacional por
haber traducido al euskera las obras completas de Santa Teresa de Jesús.
Pero poco después,
recibió una nueva llamada del Ministerio. Le comunicaban que su premio quedaba
anulado porque su trabajo no cumplía con las bases del galardón. Según reflejan
las normas, se premia la traducción de una obra escrita en lengua extranjera y,
claro, el español no es una lengua extranjera en España.
Un despiste, un error de apreciación del
jurado, que ha dejado apesadumbrado al fraile que asegura que esto “es como
jugar con los sentimientos y las ilusiones de la gente”.
Eso sí, don Luis se
queda con lo positivo, el reconocimiento académico del ministro y la publicidad
enorme que está teniendo su traducción gracias a un fallo, nunca mejor dicho,
con sabor casi divino.