Arde Bogotá
Arde Bogotá: cuatro muchachos de Cartagena conquistan el Wizink
La banda formada por Antonio García (a la voz y la guitarra), Dani Sánchez (guitarra), Jota Mercader (batería) y Pepe Esteban (bajo) llenaron el aforo máximo del antiguo Palacio de los Deportes. Las entradas volaron hace más de un año. Ardió Madrid.
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Una mujer con marcado acento extranjero se preguntaba en los alrededores del Wizink por qué un grupo colombiano arrastraba tanto público español. "No, señora. Lo de Bogotá es solo el nombre. Ellos son de Cartagena…la de España". Todavía hay quienes no les conocen pero cada vez hay que estar más ciego para no ver que son el gran grupo de rock nacional del momento y más sordo para no darles una oportunidad.
Antonio llenó con su voz uno de los templos más sagrados de la música en España. A las 21 en punto se apagaban las luces y empezaba el sueño colectivo con 'Veneno'. El mismo sueño que comenzó en las cabezas de cuatro muchachos de Cartagena hace unos años. "Bienvenidos al sueño y la ilusión de cuatro muchachos, esperamos que sea la fiesta de todos".
Él iba para abogado estrella en uno de los grandes bufetes nacionales, pero prefirió ser un indio, que diría Robe Iniesta. Su decisión de cambiar los despachos por los escenarios cobraba más sentido que nunca. Ni rastro del traje y la camisa ni de la gomina en la misma ciudad que le dio la oportunidad de éxito en su carrera profesional. Ahora Antonio es una estrella del rock y luce melena al viento. "¿Quién quiere rock and roll?", preguntó, para empezar tocar a continuación 'Quiero casarme contigo'. No es un rock de pogos, sino un estilo más reposado.
Con temas como 'Abajo' o 'Qué vida tan dura', se demostraba que los parroquianos se las saben todas: que no es el grupo de moda ni un estribillo, que hay poso.
Con Cowboys de la A3 dejan muy claro que saben de dónde vienen y el valor de lo que están consiguiendo, más allá del momento actual: "Y no me importa si es mentira todo lo que vivimos, nadie nos lo va a quitar", dice uno de sus versos. Letras que coreaban durante las dos horas de concierto la mayoría de los presentes.
Con 'Torre de Picasso', una canción de más de ocho minutos en plena era de los 'stories', también dejan muy claro que se rebelan al dictado de las radiofórmulas. Ya es uno de sus himnos , tuvo una acogida espectacular y decenas de miles ya aplicaron la receta de bailar con el dolor. Aunque para himnos: 'Exoplaneta'.
Las linternas de los móviles al ritmo de la música y miles de carteles repartidos por el pabellón en los que se leía (571-/9A). Saber lo que significa es un buen termómetro par medir el entusiasmo por esta banda. Se trata de unas coordenadas de otro sistema solar en el que existe un exoplaneta al que unas 17.000 personas viajaron durante unos minutos. Era el momento de lágrima y pañuelos, de exaltación de la amistad, de la huerta murciana y de abrazo colectivo por haber podido vivir uno de esos momentos que valen la entrada al recinto.
También soltaron a 'Los Perros', ¿cómo no? Hubo 'Flores de Venganza' en un espectáculo con una realización audiovisual impecable y muy necesaria en espacios tan grandes si estás lejos, en los que mirar al escenario y distinguir algo es casi una cuestión de fe.
Los nominados a Grammy y triunfadores en los Premios de la Academia de la música tienen por delante un largo recorrido y varios reto: repetir lo de esta noche en otro templo, el Sant Jordi de Barcelona (los días 27 y 28 de diciembre). O que arda la capital de Colombia el próximo año. Madrid ya está en llamas.
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