Ferrocarril

El arte de amar al ferrocarril a través del modelismo

Son amantes del tren, pero a otra escala. Los modelistas recrean el mundo del ferrocarril en miniatura. Este fin de semana se han reunido en Madrid procedentes de toda España.

El arte de amar al ferrocarril a través del modelismo

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"Desde niño... es algo que llevo tan dentro... desde que vi la primera locomotora, lo que quieres es ver el tren de tus sueños representado en una atmósfera que parezca lo más real posible", afirma José Manuel, orgulloso ante su maqueta que representa varios enclaves de Madrid en los años sesenta.

"Lo que ha hecho la gente es reproducir lo que han visto en su infancia, o su ferrocarril, en el que montaron. Es un hobby, pero divertido e histórico", afirma Agustín Buelta, organizador de este encuentro nacional de maquetistas.

"Yo nací y me crié al lado de ella, en esta casa aquí que hace esquina, de forma que desde que tengo uso de razón los trenes forman parte de mi vida", señala Manuel, procedente de Linares. "Es una afición que tienes que trabajar la carpintería, la electricidad, la soldadura, la marquetería, le toca todos los palos", añade.

Para dedicarse a esta afición hay que ser un auténtico "manitas"...

"Cuando éramos pequeños, era un transformador que alimentaba una vía y así el tren se movía, no, ahora no, ahora aquí debajo hay un wifi una centralita, unas etapas de potencia, como en el tren real. Se parece más al tren real", nos comenta David, procedente de Valencia.

"Pues yo lo que tengo es una grúa portacontenedores, con el joystick puedo mover lo que es la grúa hacia adelante y hacia atrás", esta es la aportación de Carles, que añade: "Estos son módulos que se pueden unir. Por ejemplo, un señor de Sevilla pues se puede unir con un señor del País Vasco, o de Asturias, y luego pues podemos juntarnos donde sea".

Aunque es una afición nostálgica, la tecnología también está muy presente

Lo que empezó siendo un juguete se ha convertido en un auténtico arte. El realismo con el que están realizadas estas maquetas es realmente asombroso. Son miniaturas que narran la larga historia del ferrocarril en nuestro país que se remonta a 1837. Aquel año se inauguró la línea La Habana-Güimes, cuando Cuba era una provincia española. Es la añoranza por un tren de ventanas que se podían abrir... más lento sí, pero que tenía parada en los pueblos más remotos. El primer tren español se inauguró en Cuba, cuando era una provincia española.

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