El confinamiento, las restricciones y la crisis económica derivada del coronavirus ha afectado también a nuestra relación con la moda. La pandemia ha generado nuevas costumbres de compra entre los usuarios, mientras que las marcas luchan por sobrevivir ante las dificultades que sufre el sector. De acuerdo a las previsiones del ICEX, las exportaciones en España descendieron un 15% anual el pasado mes de julio en el mundo del estilismo.
Muchos de los efectos que sufre la moda se ven reflejados en la competencia internacional, la tecnología, la crisis en los grandes almacenes e incluso en el cambio de tendencia de nuestros armarios. Todo ello como consecuencia de la pandemia del coronavirus, que deja más 2,6 millones de contagios en España desde marzo.
Las ventas de artículos de lujo aumentan en China
China, país en el que se originó la pandemia del coronavirus, ha vuelto a su ser. La capital de Wuhan lleva meses sin registrar nuevos casos, lo que ha permitido a la población asiática volver a la vida anterior al coronavirus.
De acuerdo a las predicciones del Boston Consulting Group, la demanda ha aumentado en el país un 30%, precisamente por la mentalidad de consumo que han recuperado sus habitantes. Por contra, en Estados Unidos y en Europa se estima una caída del 40% en la venta de artículos de lujo.
Cambia el estilo en nuestros armarios
A las prendas de ropa a las que estábamos habituados le ganan terreno nuevas formas de estilismo y vestimenta. La pandemia del coronavirus nos ha hecho volver a los atuendos que combinan sudaderas con vaqueros, poniendo la comodidad por encima de la elegancia. Esto ha afectado también al mundo del calzado. La venta de zapatos de tacón ha provocado una caída del 15%, ya que las reuniones sociales son cada vez menores y, por ende, las ocasiones para lucirlos.
La crisis de los grandes almacenes ante la pandemia del coronavirus
Los grandes almacenes viven una situación de riesgo ante las restricciones del coronavirus en todo el mundo. El temor a las aglomeraciones y la obligación de mantener la distancia de seguridad ha provocado la desaparición de muchos. Este escenario lo han vivido los centros estadounidenses Neiman Marcus o el clásico gran comercio de Karstadt Kaufhof en Alemania, que ha tenido que cerrar 62 de sus 172 establecimientos.
La defensa del comercio local
Salvar al pequeño comercio es otra de las prioridades de muchos gobiernos, que luchan por que sobrevivan ante las restricciones impuestas por la pandemia. Esto ha provocado que se abandonen los criterios de compra previos al coronavirus y cada vez más personas acudan a las 'tiendas de barrio' para fortalecer la economía local.
Antes de gastar, pensamos en ahorrar
El cierre de bares y restaurantes, la limitación de aforos en centros comerciales y tiendas o las restricciones hacia la cultura ha hecho que nos lo pensemos dos veces antes de gastar nuestro dinero, un ahorro que se relaciona también con el mundo de la moda. En torno al 25% de la población compra ahora ropa sólo si realmente la necesita, evitando los caprichos que afectaban a nuestras carteras.
La tecnología, la nueva aliada de la moda
Es posiblemente el hábito al que más nos hemos acostumbrado. Las medidas de seguridad impuestas por la pandemia han hecho aumentar nuestro consumo a través de Internet, más cómodo y seguro frente al coronavirus. Además, a esto se suma una mayor cantidad de 'gangas' al alcance del usuario, que busca lo mejor a un precio considerable.
También están los 'playbook', las aplicaciones que permiten consultar cómo queda la ropa sin necesidad de probarla. Es por ejemplo la iniciativa que ha llevado a cabo la plataforma Facebook, permitiendo a los clientes internautas realizar pruebas virtuales de ropa para ver si le termina, o no, de convencer.