Como cada año, la localidad zamorana de Benavente inicia sus fiestas del 'toro enmaromado'. Una iniciativa que los autóctonos esperan cada año con ilusión en la víspera del Corpus Christí, mientras los defensores de los animales la tachan de cruel en el trato que reciben los astados.
El astado Talador ha sido guiado por los corredores con una soga. Su carrera ha sido lenta y con muchas paradas. Finalmente el toro no ha llegado al matadero por cuarto año consecutivo ya que se ha agotado en el transcurso de la carrera.
Cuando se suelta el toro las gradas viven un ambiente festivo mientras la tensión se respira en la arena. La policía vigila que los niños no estén en los alrededores del recinto. Pese a que el ayuntamiento prohíbe que los menores acuden a contemplar la fiesta muchos padres acompañan a sus hijos en el recorrido.