Bruno Mars en plena actuación en la Super Bowl.

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LA MÚSICA FUE EL GRAN ATRACTIVO DE LA RETRANSMISIÓN

Bruno Mars cautiva a la millonaria audiencia de la Super Bowl a ritmo de soul y rock

Bruno Mars demostró en la ceremonia de la Super Bowl su gran capacidad para fusionar el soul, el pop y el rock y supo estar a la altura de antecesores como Beyoncé, Madonna o Bruce Springsteen en la cita anual del fútbol americano.

Un cuidado estilismo retro, una banda llena de energía y una particular mezcla de soul y rock han servido al cantante Bruno Mars para cautivar a la millonaria audiencia del Super Bowl durante el descanso de la gran cita anual del fútbol americano. Mars, de sólo 28 años y sobre quien planeaba la duda de si sería capaz de enfrentarse a un escenario de tal calibre, optó por un show directo y contundente. Tras una breve introducción a cargo de un coro de niños, un espectacular solo de batería sirvió para abrir el fuego y dar paso rápidamente al gran éxito "Locked Out of Heaven".

Impecablemente vestido con una chaqueta dorada, despachó el tema junto a una banda con una amplia sección de viento que se lució en las coreografías. Sin más dilación, Mars descargó su segundo hit, "Treasure", y a continuación demostró su capacidad para fusionar el soul, el pop y el rock integrando en su espectáculo a los Red Hot Chili Peppers.

La banda de Anthony Kiedis y Flea puso a saltar a todo el estadio Metlife con su clásico "Give it Away". Los rockeros californianos, a pecho descubierto como manda la tradición, solo necesitaron un par de minutos para demostrar que siguen en buena forma y ceder de nuevo el protagonismo a Mars. El cantante, nacido en Hawai de un padre mitad puertorriqueño, aminoró el paso para cerrar con una sentida balada introducida con un vídeo homenaje a los miembros de las fuerzas armadas desplegados lejos de sus casas.

Mars, que como es habitual no cobró ni un céntimo por la actuación durante el Super Bowl, dejó un buen sabor de boca en un escenario que en años anteriores había ocupado artistas mucho más consagrados como Beyoncé, Madonna o Bruce Springsteen. La actuación de Mars incluyó un gran despliegue tecnológico, en el que los leds de los gorros de los espectadores ofrecieron un despliegue de luces muy novedoso y que se sumó a los habituales fuegos artificiales que pusieron fin al espectáculo.

Antes del partido, la música corrió a cargo de Queen Latifah, que cantó la patriótica "America the Beautiful" y de la soprano Renée Fleming, que se ocupó del himno nacional. La publicidad, que es habitualmente junto a la música el gran atractivo de la retransmisión del Super Bowl más allá de lo deportivo, tampoco defraudó este año.

Los más de 100 millones de personas que se sientan ante el televisor para disfrutar del encuentro son el objetivo de las empresas más potentes del mercado, que este año pagaron hasta 4 millones de dólares por 30 segundos en pantalla.

 

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