"Antón debe haberse quedado dormido, o vete a saber", pensé, cuando pasaba una hora larga desde que habíamos quedado en un banco, en una cercana a su estudio de grabación en Madrid. Su último videoclip es callejero, como es habitual en él, y da protagonismo a uno de estos bancos en los que se reúnen los jóvenes a escuchar música y otro tipo de menesteres, a veces prohibidos, y más en época de pandemia.
Antón Álvarez o Pucho, como le llaman sus amigos, apareció. Con chándal excéntrico y probablemente caro, y zapatillas. Acompañado por su gente y la de su discografica, Sony. Tarde, pero con educación. Pidió perdón, se hizo un par de fotos con dos chavales a los que la tarde les tenía preparado un plan diferente al de comer pipas y fumar cigarrillos en un banco y comenzó la entrevista por miedo a quedarnos sin luz, no sin antes pedirle a un amable vecino que postergara las obras con taladradora en su casa para poder obtener un buen sonido de grabación.
Como reza una frase de su canción "El Veneno", le dije: "Puchito, ¿cuál es la maña, sin cantar y afinar, pa' que te escuche toda España?" Mucho trabajo y todo el tiempo, respondió. Asegura que su éxito está basado en echarle horas sin mirar en reloj. Entonces le disculpé todavía más el retraso en la quedada.
Seguimos hablando de su última canción: 'Tú me dejaste de querer', el nuevo éxito en el que mezcla varios géneros gracias a la voz de La Húngara y la seña de El Niño de Elche. Suena en todas partes, pero sobre todo en las redes sociales. Su música llega a un público mayoritariamente joven, aunque si hacemos un repaso por las 'stories' de Instagram, nos damos cuenta de que rebasa la línea de los 30 sobradamente. Lo escuchan macarras y pijos, universitarios y trabajadores...Es un éxito transversal. Él nos dice que quiere hacer música popular, con inspiraciones que van desde Bob Dylan a La Húngara; que quiere hacer música con "poso". El tiempo dirá si lo consigue, pero de momento ha salido de la "música de banquito" para elevarle a las listas de éxitos nacionales. Algo que dice, no ha afectado a su grupo de amigos. "Sigo saliendo con la misma gente y aunque me han salido nuevos amigos con el éxito, sé diferenciar.
Eso sí, ahora reconoce que ya no para tanto por los bancos, de los que dice que son patrimonio cultural de la adolescencia. Al menos de la que él ha vivido, de la Madrid de los años 90. Una adolescencia que él vivió hasta bien entrados los 20, porque no era asiduo a las discotecas y esas reuniones en parques colmaban las ambiciones lúdicas de su juventud.
En el capítulo de sus relaciones amorosas, inevitable preguntarle por Rosalía, su ex. Muchos fans y no tan fans aseguran que sus últimas canciones van dedicadas a la catalana. Que no la ha olvidado. Que hay guiños en todos y cada uno de sus últimos videoclips. Él nos confiesa que son elucubraciones, que no hay nada de eso. Tendremos que creerle. O no. Y dejamos de preguntarle por si acaso, ya que no sería la primera vez que se larga de un lugar "a la francesa".
No sólo no lo hizo, sino que estuvo dispuesto a presentarnos a un amigo suyo, Víctor, que nos ofreció unos punteos de guitarra al ritmo del último hit de "El Madrileño", que así se hace llamar C. Tangana en esta época menos "trap" y más "popular".
Después de la entrevista demostró coherencia en lo que nos había contado. C. Tangana, Pucho, o Antón Álvarez se fue a comprar algo para comer a un comercio chino. O para merendar...o cenar.