Es una de las celebraciones ecuestres más coloridas de nuestro país. En la localidad murciana de Caravaca de la Cruz corren sus tradicionales 'caballos del vino'.
Engalanados dede la cabeza hasta la cola con mantos elaborados a mano, los caballos finalistas corren contra-reloj la cuesta del castillo de la localidad. Con ellos, cuatro mozos de su peña que no deben soltarse en todo el recorrido.
En total, sesenta corceles recorren el último tramo que les lleva hasta la basílica del pueblo. La tradición de esta fiesta que mezcla belleza, velocidad y riesgo tiene su origen en la Reconquista española.