Desde que su tío puso en sus manos una guitarra a los 14 años, nunca paró de tocar. La música fue una constante en la vida de Kurt Cobain, el líder de Nirvana, de cuya muerte se cumplen hoy 17 años. Fue un disparo en la cabeza lo que acabó con su vida. La versión oficial fue la del suicidio. Otros no quieren dejar pasar la teoría del asesinato.
Lo cierto es que sus muchos problemas personales le llevaron a intentar poner fin a su vida un par de veces, sin éxito. En 1993 fue internado por una sobredosis y sus continuos problemas y escándalos fueron parte de la leyenda que lo convirtió en un mito de la música.
"Famoso es la última cosa que quise ser"
Seattle fue el escenario que vio nacer a Nirvana y, con ellos, una nueva corriente musical: el grunge. Rock primitivo que se convirtió en un himno para la juventud de los 80. Unos años después, 'Smells like teen spirit' pasó a ser el himno de una generación: la conocida como generación X, aquellos que vivieron su adolescencia entre finales de los 80 y principios de los 90.
Nirvana logró arrinconar a varias corrientes que parecían haber brotado con fuerza: el glam metal o el dance-pop. Fue un símbolo y una pieza clave en el cambio de la música, y convirtió al grupo Nirvana en una divinidad que hoy sigue siendo aclamada por fieles de todo el mundo.
Kur Cobain nunca quiso ser una estrella. Así lo expresó muchas veces. La música le sirvió, en parte, para canalizar una personalidad que siempre fue difícil. Una forma de ser que terminó el 5 de abril de 1994, cuando Cobain solamente tenía 27 años. Ese día acabó su vida y comenzó su leyenda.