Leyenda del toreo

Cayetano Rivera, en el 40 aniversario de la muerte de 'Paquirri': "El toro fue el causante, pero no tuvo la culpa"

Tal día como hoy de hace cuarenta años Fraqncisco Rivera, Paquirri, moria en la plaza de toros de Pozoblanco. La noticia conmocionó a la sociedad española y dejó en evidencia la falta de regulación en las exigencias para las enfermerías para las plazas. La regulación se cambión entonces, a raíz de la muerte del torero. Hoy, su hijo Cayetano Rivera Ordóñez, nos ha recibido en su casa.

Cayetano Rivera

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Pozoblanco. 26 de septiembre de 1984. Son las fiestas del pueblo y en la plaza de toros no cabe ni un alma. Casi todos los vecinos están allí porque el cartel está lleno de las figuras del toreo de entones. Entre ellas, Paquirri. Era la última corrida que el diestro tenía pensado hacer esa temporada.

Pero el último toro de la tarde, de la ganadería Sayalero y Bandres, llamado 'Avispado' le cogió del muslo de una cornada que iba a acabar con su vida. Su cuadrilla, le llevó en volandas hasta una enfermería en la que solo había una camilla.

La hemorragia era tan intensa que el cirujano de la plaza decidió trasladarle a un hospital de Córdoba. Pero el torero no aguantó el viaje por aquellas carreteras, cuando apenas le faltaban 10 kilómetros, falleció. Su entierro fue multitudinario y su figura se convirtió en leyenda. Hoy su hijo nos recibe para recordarle.

Hoy, su hijo Cayetano Rivera Ordóñez, nos ha recibido en su casa.

Entrevista a Cayetano Rivera

PREGUNTA: ¿Cómo recuerdas a tu padre en la plaza?

RESPUESTA: Era una de las figuras del toreo. Fue de los primeros en entender que torero tenía que prepararse físicamente como un atleta. Mi padre lo entendió, lo mismo toreaba que ponía banderillas. Era poderoso. Basaba su toreo en esa fortaleza.

P: Era otra época cuando ocurrió. La enfermería dejaba mucho que desear , el reglamento taurino de entonces era escaso, ¿qué mató a tu padre?

R: Es una historia en la que no he querido meterme mucho porque ya, en el fondo da igual. Hubo muchas teorías: que si fue fallo del médico, de que apenas había material en la enfermería. Se habló mucho de que el traslado al hospital fue un error, las carreteras eran muy malas... Mi padre murió haciendo lo que le gustaba. Así que, quizá, el toro fue el causante, pero digamos que no tuvo la culpa.

P: Hubo un antes y un después de la muerte de tu padre en lo que se refiere a la seguridad en la fiesta. Al menos ¿sirvió de algo su pérdida?

R: Sí que sirvió porque cambiaron muchas que había que cambiar: han mejorado las enfermerías de muchas plazas. Aunque todavía hay que mejorar muchas cosas. Hay que ser consciente de que, al fin y al cabo, te enfrentas a un toro, de que te vas a un ruedo y que cualquier día a lo mejor no vuelves a la habitación del hotel. Yo quizá soy más consciente que otros porque a mi padre lo perdí en una plaza.

P: ¿Quieres decir que aun falta mucho por mejorar en la seguridad de las fiestas?

R: Por supuesto. Según me han contado, las enfermerías de las plazas pequeñas de aquellos años apenas tenían material. Ahora la situación ha mejorado mucho pero aun así, se pueden hacer las cosas mejor.

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