'Alexander McQueen, salvaje belleza'. Con este sugerente título, se abrían anoche las puertas de la exposición que recoge la vida y obra del diseñador Alexander McQueen, que se suicidó en febrero de 2010. Una exposición que alberga el museo Metropolitan de Nueva York.
Y allí acudieron todos los nombres propios de Hollywood. Penélope Cruz, con un elegante vestido negro de gran escote. Madonna, luciendo un diseño en raso azul, que confesó echar "muchísimo de menos al modisto, como persona y como profesional". Le definió como un hombre brillante.
Discreta y elegante, con un sencillo diseño en color 'nude', Gwyneth Paltrow. Y provocadora, Rihanna, con un modelo en negro ajustadísimo que dejaba una de sus caderas y piernas al descubierto. También fue Jessica Alba, que optó por un modelo vaporoso en color pastel. La cantante Fergie acudió con su esposo y también paseó por la alfombra roja otra cantante, Taylor Swift.
Por supuesto tampoco faltó Sarah Burton, la diseñadora del traje de novia de Kate Middleton, que tomó el relevo de McQueen como directora creativa de su firma.