El conocimiento como “guía en la toma de decisiones ante desafíos globales urgentes”, como el cambio climático, ha sido uno de los mensajes centrales en la ceremonia de entrega de la XI edición de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, celebrada esta tarde en el Palacio Euskalduna de la ciudad de Bilbao.
“El cambio climático, la crisis de biodiversidad o la desigualdad son retos cuyas consecuencias futuras pueden ser mucho más graves si no actuamos ya”, declaró en su discurso el presidente de la Fundación BBVA, Carlos Torres Vila.
“La humanidad no ha tenido nunca tanta responsabilidad como ahora; las acciones que hoy tomemos pueden transformar para siempre nuestro planeta y condicionar de manera trascendental a las generaciones futuras”, afirmó.
La presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, también enfatizó la necesidad de preservar la naturaleza. “La ciencia del siglo XXI nos advierte de que estamos poniendo en riesgo nuestro planeta, pero también de que es precisamente en la ciencia desde donde se trabaja más activamente para diseñar soluciones para un futuro sostenible”, señaló.
Los galardonados en Ciencias Básicas por el descubrimiento de los materiales aislantes topológicos, Charles Kane y Eugene Mele, explicaron en su discurso lo que supuso el descubrimiento de estos nuevos materiales con “propiedades electrónicas extraordinarias”.
El premiado en Biología y Biomedicina por demostrar el papel crucial del microbioma en la salud, Jeffrey Gordon, declaró: “Establecer una relación causal entre nuestras comunidades microbianas y nuestra salud es el punto de partida para diseccionar los mecanismos por los que nuestros microorganismos operan y se comunican con nosotros, como estamos haciendo ya en los casos de malnutrición infantil y obesidad”.
En la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación, Ivan Sutherland, galardonado por crear el primer sistema gráfico de interacción hombre-máquina e inventar el primer casco de realidad virtual recalcó que “los que amplían las fronteras del conocimiento no lo hacen por el reconocimiento personal”; lo hacen -como en su caso- “por la emoción de llegar adonde nadie ha llegado antes”.
Las premiadas en Ecología y Biología de la Conservación por emplear el conocimiento científico para desarrollar herramientas que combaten la pérdida de especies, Gretchen Daily y Georgina Mace, recordaron que ambas aplican “la ciencia ecológica básica a los fines prácticos de la conservación”.
Los premiados en Cambio Climático por confirmar que el nivel del mar está aumentando de manera acelerada por el calentamiento global, Anny Cazenave, John Church y Jonathan Gregory, hicieron “un llamamiento a la acción urgente y mundial” para mitigar las emisiones y desarrollar planes que permitan al ser humano adaptarse “a la subida en el nivel del mar que ya no se puede impedir”.
En la categoría de Economía, la galardonada Claudia Goldin, por su análisis de las causas de las brechas de género en la sociedad, afirmó que numerosos cambios tecnológicos han servido “para reducir diversas brechas de género en salarios, educación, ocupaciones y participación en el mercado de trabajo“.
El premiado en Humanidades y Ciencias Sociales, Noam Chomsky, por sus contribuciones “sin parangón” -en palabras del jurado- al lenguaje como facultad construida con estructuras pre-existentes en el cerebro humano, no pudo asistir a la ceremonia por motivos de salud, pero participó a través de un vídeo en el que ha leído su discurso desde Arizona (Estados Unidos).
En la categoría Música y Ópera, el galardonado John Adams, por componer “una música que es genuinamente de nuestro tiempo”, según recoge el acta, repasó su trayectoria, en paralelo a la evolución de la música contemporánea. “He intentado en el curso de mi vida creativa recuperar la primacía del sentimiento y de la conexión emocional en mi música”, declaró.