Se repite cada año, cientos de valientes desafían al frío y a la altura saltando al río Tiber en Roma para dar la bienvenida al año.
Este gélido chapuzón o 'tuffo', como lo llaman en Roma, es un clásico del primer día del año. Los turistas y curiosos se acercan a las inmediaciones del Puente Cavour para ver como los acróbatas saltan de forma acrobática y vistosa.
Esta tradición se repite desde 1946 cuando un socorrista en paro decidió tirarse al río para demostrar sus habilidades profesionales. Desde ese momento, son cientos los que deciden Zambullirse en el Tíber para dar la bienvenida al año.