Claveles, gitanillas y geranios engalanados en arriates y macetas lucen orgullosas la tradición de los patios cordobeses, que hoy han abierto sus puertas para aquellos que quieran disfrutar de estos recintos que anhelan ser reconocidos por la UNESCO como patrimonio inmaterial de la humanidad.
Ni las trombas de agua caídas en los dos últimos días en la ciudad han podido con la belleza de estos patios que han hecho las delicias de los primeros turistas que con su visita a estos jardines no solo se adentran en la belleza que trae el mes de mayo sino también en la propia historia de una ciudad que aspira a convertirse en capital europea de la Cultura en 2016.
El esperado certamen de los patios, único en España, ha arrancado hoy y se desarrollará hasta el 15 de mayo con la participación de 43 patios -27 de arquitectura moderna y 16 antigua-, aunque cordobeses y visitantes podrán disfrutar además de otros ocho recintos que están fuera de concurso.
Los patios ganadores abrirán sus puertas todos los fines de semana hasta el 15 de junio por dos motivos: el primero, para que el jurado encargado de decidir la capitalidad cultural europea pueda disfrutarlos en la visita que hará el 3 de junio, y el segundo, para apoyar la aspiración cordobesa de que sus patios sean declarados patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
Claves, gitanillas, geranios, palmeras, limoneros, ficus, esparragueras, helechos, olivos, naranjos, madroños o incluso algunas plantas medicinales o aromáticas como la menta son algunas de las maravillas que pueden observarse y sentirse en estos patios, que precisan la atención y cuidados de sus propietarios durante todo el año.
"La planta es un ser vivo. Nace, crece, se reproduce y muere. Necesita cuidados, mimos y cariño", explica la presidenta de la Asociación de Patios 'Claves y Gitanillas', Leonor Camorra, quien indica que, por ejemplo, su patio tiene un coste de unos 6.000 euros al año en mantenimiento. Para afrontar estos gastos, el Ayuntamiento de Córdoba entregará mil euros más que el año pasado a cada uno de los participantes en el concurso, un 32 % más que en la anterior edición.
El vicepresidente de la Asociación, Rafael Barón, ha recordado que es una tradición que se remonta al siglo I aC, la cual tuvo su momento álgido en la época musulmana cuando el patio era el centro y todas las habitaciones tenían ventanas a él en vez de a la calle. En el siglo XIX muchos conventos e incluso hospitales, se reconvirtieron en viviendas para dar cabida a la multitud de personas que emigraron de los pueblos a la ciudad.
El primer concurso de patios se convocó en 1921 y solo se presentaron tres, aunque oficialmente el certamen nació en 1933 con la participación de dieciocho patios. En 1980 fueron declarados fiesta de interés turístico nacional y ahora la ciudad quiere que la UNESCO les dé su reconocimiento en otoño.