Fueron fabricados a mano hace casi un siglo y, desde entonces, han pasado por muchos dueños. Sus motores son auténticas virguerías y la carrocería brilla como el primer día que rodaron. Son joyas que forman parte del Salón Internacional de Automóviles y Motocicletas antiguos que se ha celebrado en Elche (Alicante).
Son auténticas piezas de museo de cuatro y dos ruedas, entre ellas un David de carreras de 1906. Es el vehículo más antigo que se expone (lo hace por primera vez) y está pintado con los colores de España porque lo condujo el rey Alfonso XIII.
También destaca un Pegaso de 1956, un vehículo capaz de alcanzar los 250 kilómetros por hora. Esta velocidad le valió para proclamarse campeón de España, además de ganar en varios rallys de la época como el de Madrid-Jerez. Está valorado en 5 millones de euros y sólo hay cuatro en el mundo.