La pandemia de coronavirus ha puesto en jaque a medio mundo y muchas personas se han visto obligadas a cambiar de vida. Por eso, el cuento de hoy está dedicado a todas esas personas a las que en estos tiempos les toca reconstruirse y encontrar un nuevo camino
El cuento de hoy: 'La cuerda de tender'
Existe una ciudad y en su corazón, un edificio alto de ladrillo rojo, es en su azotea donde se escucha un quejido semejante al ulular de un búho.
Quien se lamenta es la cuerda de tender de nailon verde que, solitaria, se agita con el viento al atardecer.
Existen un sin fin de cuerdas y ella lo sabe.
Las hay blancas de algodón, metálicas o de alambre.
Las hay que van de ventana en ventana o que se extienden en pleno prado.
Ella se sentía especial desde que el vecino del 5º la escogiera entre decenas de cuerdas que había en el supermercado.
Desde entonces su hogar era la azotea.
Allí era feliz acompañada del sol, del viento y de los pájaros y de la ropa de toda la comunidad.
Pero con el paso del tiempo la cuerda estaba más sola que nunca. Ya nadie la usa para tender, los vecinos tienen miedo a que se rompa con un soplo de viento. A quienes más echa de menos es a sus amigas las pinzas, las pinzas de madera y a las pinzas de plástico.
Las pinzas de madera son muy sabias, hablan muchos idiomas y nos cuentas cuentos de animales y de bosques.
Las pinzas de plástico son más alegres y coloridas. Sus preferidas son las rosas, que son coquetas y finas. Y son las primeras en colocarse para sujetar las prendas femeninas.
Las rojas son más pícaras. Y se ciñen fuertemente a las sábanas para que le cuenten las pasiones de los que allí duermen.
Mientras que la cuerda gime y se tensa, el vecino del 3º se ha acordado de ella. Su hija le ha pedido una comba para jugar y ha decidido reciclar la cuerda que nadie usa para tender.
Esa misma tarde la cuerda se despide del sol, de la lluvia y de las aves. Y sorprendida, descubre que la vida te puede dar una oportunidad de nuevo.
Desde entonces, cuando una pinza se cae de los tendederos, ella la recoge, la guarda, la abraza y por las noches mantienen largas charlas.
Y sacan a tender sus recuerdos.
FIN
Porque, a pesar de todo, logremos hacer de los cambios una nueva oportunidad.
Cada día de la cuarentena te contaremos un nuevo cuento. Mañana uno para esa inmensa sabiduría infantil y lo mucho que podemos aprender de otras culturas. ¡No te lo pierdas!
#CuentosEnCuarentenaA3N
Narradora: Piluca Martínez de Velasco, ex Alumna de La Escuela de Cuentacuentos.
Título: 'La cuerda de tender'.
Autora: Reyes Frigard (adaptación).
