Perfectamente equipados: camisa blanca, faja con flecos, el chaleco, la falda, las castañuelas y los zancos de 45 centímetros, protagonistas indiscutibles en esta fiesta.
Desde lo alto de la cuesta de la iglesia de San Andrés y honrando a su patrona la Virgen de la Magdalena comenzaba el espectáculo de los danzadores.
Son ocho jóvenes anguianejos de entre 17 y 27 años expertos en esta tradicional danza. Vecinos de Anguiano y muchos visitantes se acercan cada año para disfrutar de esta colorida y arriesgada tradición.
La estrecha bajada tiene un 20 por ciento de pendiente y está empedrada, por esta razón, los protagonistas necesitan mucha concentración. El público el que les guía, el que les sirve de colchón en caso de caída y también el que les frena cuando llegan al final.
Para los mayores la fiesta ha cambiado bastante en las últimas décadas. Los pequeños tienen la oportunidad de aprender esta compleja danza.