Ha esperado 24 años a que llegara este momento, porque Sandra es de las que dice que nació con la afición metida en el cuerpo. La plaza de Ubrique la recibía con una cerrada ovación y ella, aún novillera, seria y concentrada saboreaba lo que iba a ser la tarde más importante de su carrera. Una tarde que, gracias al arte que puso en el capote y la muleta, culminó con tres orejas y su primera puerta grande como matadora de toros.
No ha sido fácil llegar hasta aquí porque nadie en su familia ha sido torero. Con 8 años se puso delante de su primera vaca, y le cogió. Pero venció el miedo e ingresó en una escuela taurina donde su profesor vio que tenía cualidades.
Es la décima mujer que se convierte en torera, la primera que toma la alternativa en Andalucía. Pero Sandra prefierte tomarse eso como una simple anécdota.
Serpentino se llamaba el toro de su alternativa. Sandra Moscoso estuvo muy nerviosa en la tarde en la que tomabala alternativa, aunque, pese a su poco oficio, se sobrepuso yfinalmente salió por la puerta grande junto a sus compañeros. La plaza registró casi lleno en tarde agradable.