En España hay doce comunidades cuyos productor carnicos tienen sello propio. Una de ellas es Asturias donde las vacas de leche están dando paso a las de carne porque son más rentables.
Entre el mar y el monte, viven, desde hace más de 2.500 años, dos de las razas de vaca más valoradas del mundo por su carne. La asturiana del valle y la de la montaña, las lluvias que regularmente riegan esta región garantizan la calidad de los pastos.
Rubén es uno de los 5.400 ganaderos que ha dedicado toda su vida en cuerpo y alma a criar estos animales. "Pues aquí se crían con pasto y después se les echa de invierno maíz y a lo mejor hierba y paja. todo natural". Rubén ya está jubilado, y ahora es su hija Sonia la que ha tomado el relevo "Sí, sí que hay mucha gente. Muchas mujeres, igual más que hombres".
De mayo a noviembre, vacas y terneras se desplazan a las zonas altas en busca de los pastos más jugosos. Un viaje que hacen prácticamente solas según nos aseguran sus dueños es como si tuvieran un GPS interno, es de genética. Ella asegura que "Por donde pasan una vez nunca se les olvida"
Rubén también afirma "Ellas parecen que tienen un calendario y por fechas van viniendo. O cambios de tiempo, que si empeora o viene la nieve, prácticamente se te presentan abajo en la ganadería".
Para los terneros, esta vida ideal acaba a los 14 meses aproximadamente. Aunque, si sirve de consuelo, cocineros como el dos estrellas Michelín, Nacho Manzano preparán auténticas obras de arte con su carne. "A la hora de utilizarla un producto de tanta calidad en la cocina, la ternera de Asturias se presta a múltiples interpretaciones".
"Algunas de ellas como aderezarla con productos del mar, tenemos el lomo de ternera, macerado con algas con sal y whisky. Lleva un jugo de bonito ahumado, con borraja y con unos brotes de acedera, de lenteja y de flores de romero" explica el cocinero. Aunque para los que huyan de la sofisticación nada como un buen entrecot a plancha.