Esta exposición narra el camino creativo y la "metamorfosis" que sufrió Picasso a finales de los años 20 y que le llevó a construir en 1937 el "Guernica" por encargo del Gobierno de la II República, para el pabellón de la Expo de París, un mural en blanco y negro que se ha convertido en el grito antibelicista más famosos del siglo XX.
Una obra en la que Picasso deja "su inicial optimismo" y donde refleja el terror del siglo XX, con una realidad marcada por la guerra, el nazismo, la II Guerra Mundial, la Guerra Civil, el miedo y la muerte".
De ahí, el título de la muestra, ha subrayado el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, durante la presentación de la exposición, que seguramente será la más importante del año por sus dimensiones y simbolismo.
Borja-Villel ha estado acompañado por los comisarios de la exposición, Timothy J.Clark y Anne M. Wagner, historiadores de arte y profesores eméritos de la Universidad de Berkeley (EEUU), y por la jefa del área de colecciones del Museo, Charo Peiró.
Clark ha señalado la "dificultad" que conllevaba el proyecto de esta muestra por la necesidad de contemplar estas obras presentadas y la excepcionalidad de poder reunirlas, como "Las tres bailarinas" (1925) de la Tate de Londres.
Además han precisado tanto, Clark como Wagner, que han intentado reflexionar de manera diferente sobre esta obra universal.
"El contexto político no está tan presente como se podía esperar, pero muchos ya han analizado este contexto y eso no va a desaparecer, pero ese no era nuestro papel. Hemos preferido acercarnos a Picasso como persona", ha dicho el comisario, que también ha destacado la crisis sufrida por Picasso a finales de los años 20.
"Antes de 1937, la obra de Picasso no tenía dirección, estaba perplejo por los acontecimientos y el terror, el miedo y la muerte se convierten en su tema. Lo plasma en algunas de sus obras, como el cuadro 'Las tres bailarinas' y es ahí donde empieza el terror en sus obras".
Por su parte, Anne M.Wagner ha destacado los dibujos de Picasso en blanco y negro y en color, en los que aborda la muerte de inocentes, hasta llegar al "Guernica".
"Estudia a las mujeres de una manera diferente. Hay una transformación de su pensamiento. Dibuja a las madres sufridoras y las dibuja incluso como un arma, sus pechos dejan de ser parte del alimento para ser armas", ha argumentado la comisaria.
"No hay hombres y esa es la razón por la que el cuadro ha atraído de forma poderosa al público en el siglo XX y ha comunicado tanto. Hizo una obra de sufrimiento de madres, niños y animales", ha matizado.
Para llegar e indagar en el camino de Picasso al Guernica, además de "Las tres bailarinas" destacan también "La escultura de mujer en el jardín" (1930), del Museo Picasso de París; y "Mujer peinándose (1940), del Moma; "Desnudos de pie junto al mar" (1929), del MET de Nueva York o "Mandolina y guitarra" (1924) del Museo Salomon R. Guggenheim y "Monumento. cabeza de mujer" (1929) de una colección particular.
El Reina Sofía se acerca así a un Picasso pre y post "Guernica", "aterrado por la guerra" y atento al "sufrimiento" femenino.
Dividida en diez salas, el "Guernica" es el epicentro de la muestra alrededor de la cual giran las piezas anteriores y posteriores de Picasso. Comienza con los años 20 y 30 con la sala "El mundo es cuadro", con naturalezas muertas y el cubismo. Le sigue "Belleza y terror" con "Las tres bailarinas", que es una obra considerada por el pintor como su "mejor cuadro".
Monstruos y Monumentos" es la siguiente sala en la que se reúnen algunos de los ejemplos más importantes y desconcertantes de los cuadros que comienza a hacer el pintor malagueño.
"Qué sucede en la tragedia", "Mater dolorosa", "Las cosas se desmoronan"-donde está el Guernica-, son las otras salas que concluyen en tres áreas finales que presentan aspectos de la persistencia del "Guernica" hoy.