Enrique Ponce inaugura una exposición con sus mejores trajes de luces

Solo tenía 8 años y ya lo sacaban a hombros en su pueblo. Aquella tarde estrenó su primer vestido de torero, un traje corto. Aunque para el propio matador, su ojito derecho de la colección es otro: su primer traje de luces. "Tiene un valor sentimental muy especial para mí", dice el maestro refiriéndose a un vestido que se encargó hacer con apenas 14 años cumplidos.

Desde que el diestro valenciano tomó y confirmó la alternativa se cumplen 25 años. Para su corrida 2.000, Ponce recurrió a la aguja de Lorenzo Caprile. El diseñador le confeccionó un modelo goyesco. Haciendo balance, son muchas las temporadas consecutivas en las que el de Chiva ha hecho el paseíllo en más de un centenar de tardes y todas comienzan de la misma manera. "Me empiezo a vestir siempre por el lado derecho. La media derecha primero, la izquierda después", confiesa Ponce.

Ponerse el traje es mucho más que un simple ritual. "Vas a crear una obra de arte, una belleza con tu toreo y con un toro que va a salir por chiqueros. Debe ser ese colaborador para expresar tu arte, pero también vas a jugarte la vida con él", se sincera el matador que a más toros le ha perdonado la vida dentro de una plaza. De hecho, Ponce ha indultado 41 astados hasta la fecha.

Estos trajes de luces son la segunda piel del matador, y en este caso se conservan con la esencia intacta. Arrancados los machos y manchados los alamares, han sido testigos de cornadas, pero sobre todo de innumerables triunfos.