Los españoles utilizan en su día a día, de media, unas 2.000 palabras de las 94.000 que están disponibles en el diccionario español, según informa la agencia de comunicación Proximity, que atribuye este hecho al empobrecimiento del lenguaje. Para poner fin a esto, la agencia ha lanzado la iniciativa 'La Tienda de las Palabras Olvidadas', con la que pretende volver a poner en circulación a través de las redes sociales palabras que han caído en desuso en la lengua española.
Esta "tienda" permite "comprar simbólicamente" a través de la web www.latiendadepalabrasolvidadas.com , palabras que han caído en desuso, esto es, mediante su difusión a través de las redes sociales para así, volver a ponerlas en circulación. "Hay palabras aceptadas por la Real Academia Española que hace tiempo no decimos, tuiteamos y posteamos", ha señalado la directora creativa general de la agencia, Eva Santos, quien opina que palabras que no deberían perderse porque son parte del patrimonio cultural.
Este sistema de "pago social", mediante el cual uno "adquiere" la palabra que desea salvar simplemente compartiéndola en sus redes, se ha elegido para convertir a los medios sociales --a los que se culpa a menudo de la pérdida de riqueza de la lengua-- en sus "salvadores". "En el momento en que a una palabra en desuso se le pone un 'hashtag' delante, se la devuelve al uso social y, por tanto, a la vida", comenta la agencia.
Proximity ha puesto de ejemplo la utilización de determinados términos en Twitter durante 2015. Así, la palabra 'pantomima' sólo fue usada 250 veces, 'amalgama' 331 veces y 'picaflor' unas 75, lo que demuestra que se trata de palabras en desuso. Para la agencia, el ritmo de vida actual, que es cada vez más acelerado, influye a la hora de elegir las palabras que se usan en las redes sociales, más aún en medios como Twitter, que sólo permite escribir un máximo de 140 caracteres por mensaje.
En cambio, algunos aseguran que este fenómeno se produce porque hay una tendencia hacia una estandarización excesiva, mientras que otros afirman que, en muchas ocasiones, simplemente se abandonan palabras al sustituirlas por otras más nuevas o por términos "más facilones".
