Cualquiera diría que en Bilbao se celebra por todo lo alto la llegada del fin del mundo. O la 'no llegada'. En realidad, se festeja el Día de Santo Tomás, antesala de la Navidad. Aunque no faltan las referencias a los mayas.
Entre todos los que han acudido a la celebración, los comentarios son los mismos: bromas y chistes sobre este supuesto 'día del juicio final'.
Algunos, no obstante, todavía miran al cielo por si pudiera caer un asteroide, o los que temen un posible desplazamiento de los polos magnéticos.
Los comerciantes, más prosaicos, esperan una buena jornada de ventas, y que nada la estropee.
Lo que sí está claro es que este teórico 'fin del mundo' les va a coger con el estómago lleno: talo con chorizo, pimiento de piquillo y txakolí son algunas de las delicias que se toman en esta fiesta.
Y es que aquí, los asistentes disfrutan al máximo. Como si no fuera a haber un mañana.