Quienes hayan visitado Roma desde el 5 de junio de 2014, se habrán encontrado con la Fontana de Trevi sin agua y llena de andamios. Ahora, tras 17 meses de trabajos de restauración, que han costado unos 2 millones de euros según el coste previsto, la emblemática fuente ha recuperado su esplendor. Este 2 de noviembre concluyen oficialmente esas labores para la reapertura oficial, que se celebrará este martes.
Durante casi año y medio, para no defraudar del todo a quienes se acercaban a este símbolo romano, los turistas han podido caminar por una pasarela en la parte central del monumento para contemplar desde cerca el desarrollo de los trabajos en la fuente. De esta forma, en compensación por las obras, los visitantes han tenido la ocasión de ver más cerca que nunca el conjunto escultórico. Además, en el centro de la pasarela se habilitó un pequeño vaso simbólico lleno de agua para que pudiera mantenerse la tradicional costumbre de lanzar monedas al interior de la fuente.