COMENTARIO SOBRE 'SUS SATÁNICAS MAJESTADES'
Hacía siete años que no volvían a nuestro país. Siempre se rumorea lo mismo: ésta es la última gira de los Stones. Pero ahí están ellos, subidos a un escenario desde 1962 y no tienen pinta de que lo vayan a dejar en breve.
El escepticismo que provoca su edad se diluye con los primeros acordes de sus temas más clásicos.
La magia se mantiene, eso sí, con la caja registradora siempre en funcionamiento. Nadie como ellos para hacer negocios con el rock. Un ejemplo: por su famoso icono, la lengua, el grupo pagó 50 libras. Hace pocos años el Museo Nacional de Arte y Diseño de Londres lo compró por 64.000 euros. Se calcula en más de 200 millones la fortuna personal de Jagger.
Lo que es un hecho es que los Stones, que han vendido más de 200 millones de copias de sus discos, se siguen confirmando como una leyenda musical de varias generaciones.
Tal es la expectación que estos abuelos crean que para el concierto de este miércoles en Madrid las entradas más baratas que se pueden encontrar en la reventa están a 220 euros. También hay otras por 12.000, eso sí con derecho a ver a la banda desde una posición privilegiada y atención personalizada.
¿Una exageración? Pues probablemente, pero muchos consideran que hay que ver a los Stones una vez en la vida aunque solo sea para con la intención de presumir al día siguiente de haber estado en ese concierto.