La historia del traje de baño está cargada de anécdotas y curiosidades que sin serlo tanto, parecen de un mundo prehistórico. El hábito de bañarse en el mar que hoy en día nos parece tan habitual no lo era a finales del SXVIII momento en el que el rey Jorge III comenzó a frecuentar una de las playas británicas.
A partir de entonces la necesidad de una indumentaria de baño se hizo fundamental para hombres y mujeres, aunque a estas últimas las doncellas tenían que acompañarlas hasta la orilla y no debían darse un chapuzón en las mismas aguas que los varones. El primer bañador nace, propiamente dicho en el año 1890 y se compone de una camisa, un pantalón y calcetines.
El siguiente bañador llegaría 25 años después, tenía escote y estaba hecho con lana por lo que al mojarse pesaba sobre 3 kilos.
Tendrían que pasar 56 años para que en las playas se viese el traje de dos piezas, o como hoy lo conocemos 'bikini'. Louis Réard fue su creador y no encontró modelo dispuesta a lucirlo, por lo que se cuenta que tuvo que recurrir a una stripper a la que le comentó: "Su bañador va a ser más explosivo que la bomba de Bikini", de ahí su nombre.
Brigitte Bardot y Ursula Andress fueron las pioneras en lucirlo y en conseguir que esta prenda llegase a todas las playas del mundo. Hasta entonces el originario traje de baño fue reduciendo prendas y desde ese momento la estética cobró una mayor importancia. Siendo ahora el bañador una de las prendas más cuidadas de las colecciones de moda.