Javier Gallego: "Se acabó un semana apasionante de encierros en San Sebastián de los Reyes"

Octavo y último encierro de las fiestas de San Sebastián de los Reyes. El más complicado para los corredores porque los toros han cubierto todo el recorrido muy tapados por los cabestros. Eso ha hecho muy complicado coger toro. Habitualmente esto suele ocurrir en los primeros metros del encierro. Sin embargo, hoy la manada ha ido muy agrupada hasta la plaza.

Los toros de la ganadería de Hermanos García Jiménez apenas han hecho extraños. Han cubierto el recorrido como si estuvieran en el campo. Apenas se han fijado en la multitud de estímulos que tenían alrededor. Además, han acompañado su velocidad a los cabestros con un trote más tranquilo que en días procedentes. Eso se ha notado mucho en las curvas cerradas. Normalmente, la velocidad hace que algunos toros topen contra la parte exterior de las curvas. Pero hoy eso no ha ocurrido porque los animales se han templado mucho y su galope ha sido algo más pausado que otros días.

Para los corredores es muy difícil tomar contacto con las astas en días como hoy. Apenas se abren huecos y es muy difícil tener la referencia visual de la manada porque cuando miran hacia atrás solo ven a los bueyes que son más altos que los toros. Aún así muchos lo han intentado. Y eso ha provocado algunas caídas. Este último encierro nos deja 11 asistencias pero todas ellas leves.

Termina una semana apasionante de encierros. El de San Sebastián de los Reyes se consolida como uno de las grandes para los corredores. No hay mucha masificación y sí mucha especialización. Además la organización funciona perfectamente y hay mucho respeto al toro. Por eso se dan muchas de las condiciones para que aquí vengan cada año los mejores.

Las ocho jornadas se saldan con dos heridas por asta de toro. Las dos en los tobillos. El joven peor parado fue el herido en el primer día que sufrió un fuerte traumatismo en la cabeza y una cornada.

Más allá de las cogidas los encierros de Sanse nos vuelven a dejar imágenes de unas carreras extraordinarias. Es impresionante ver cómo hay quien coge toro durante metros y metros.

Ellos disfrutan y nos hacen disfrutar al resto, de un espectáculo único y muy fugaz basado en corredores que se juegan el tipo por una afición que solo les reportará una satisfacción personal. Esa es una de las bases de un milagro diario, llamado encierro.

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