Es uno de los vértices del triángulo más perfecto de la gastronomía mundial. Joan Roca, el primogénito, es el responsable de la cocina salada de El Celler de Can Roca (Girona), donde Josep se encarga de la bodega y Jordi de los postres. Juntos han vuelto a aupar el restaurante como el Mejor del Mundo.
El restaurante mantiene tres estrellas Michelin desde 2009 y ha aportado técnicas como la cocción al vacío, utensilios como las pipas de humo y el rotaval, pero, sobre todo, creatividad, investigación, dedicación y humildad.
Joan ha asegurado que con volverse el número 1 no gana tanto el restaurante, que está bloqueado desde hace seis años en las listas de espera (un año), sino el país, la imagen del turismo, de sus productos y todos los cocineros, que según él con esto verán revalorizado su oficio y su trabajo y España vuelve a ser el foco de la gastronomía.
Ha dicho que el éxito dle negocio familiar se debe al inconformismo y a la creatividad, inluso trabajan con músicos, filosofos, antrópologo, pintores y profesionales de otras áreas para poder ver la cocina desde ópticas y perspectivas diferentes que pueden aportar algo. Así crean un mundo culinario ya no de tres, sino de todos quienes participan.
Joan ha resaltado que prestan mucha atención a la idea de la idea de la transversalidad y en hacer que la gente sienta, que viva una experiencia gastronómica extraordinaria, por eso su equipo va a hacer un curso de percepción sensorial para transmitir mejor al cliente lo que pretenden que experimente.
Con relación a la importancia que se le da a los aportes que hacen los cocinero a la economía en España ha dicho "Yo creo que España es reconocida, pero está viviendo un momento social, político y económico complicado en el que la gente tiene otras prioridades y la alta cocina se puede ver como algo elitista y quizá por eso no se le dé importancia. Es una cuestión de tiempo, tarde o temprano será reconocida. Se valora fuera y aquí cada vez más", concluyó.