El socialista José Bono desvela en este manual para el ejercicio del poder aspectos fundamentales de la historia reciente como las declaraciones de un magrebí a la policía vasca anunciando, dos meses antes, el atentado en Atocha o la advertencia de los servicios secretos a Aznar del incremento del riesgo terrorista para España por meternos en la guerra de Irak.
"Cena en casa de Pedro J. Ramírez. Asisten, entre otros, Lucia Méndez, Jaime Castellanos, Giorgo Valerio, Eduardo Zaplana y Ana Patricia Botín. Coincidimos todos en que la arrogancia de Aznar ha sido determinante para su fracaso. 'El derrotado ha sido fundamentalmente Aznar, porque, si hubiese actuado con modestia y con rectitud tras el atentado, quizá hubiese podido ganar- asegura Pedro J. Ramírez-. Pero fue especialmente criticable la prepotencia con la que habló a Zapatero para informarle del atentado'. Zaplana cuenta que la policía vasca detuvo en enero a un magrebí que declaró: "Nos vamos a vengar en Atocha..., todo está preparado". El policía le dijo que el estadio de Atocha ya no existía, y el individuo precisó que no se refería a un campo de fútbol, sino a una estación. Todos nos quedamos muy sorprendidos."
José Bono habla de los primeros avisos de las autoridades sobre los desafíos a los que se iba a enfrentar en su legislatura. Uno de esos avisos vino dado por parte del Rey: "Tenéis que mantener las buenas relaciones que Aznar ha logrado con Estados Unidos; eso no lo debéis echar por la borda". Se narran algunas tensiones vividas con el Rey como el cese del JEME (jefe del Estado mayor del ejército) Alejandre al que el monarca defendía inicialmente.
Otro de los puntos clave del libro relata cómo vivió Bono su nombramiento como ministro. La información se filtra a la prensa cuando ni si quiera se habían reunido en el Congreso los diputados que deben elegir al presidente, y el PSOE no tiene la mayoría absoluta. Seis días después de las elecciones Zapatero le encarga montar el operativo para el regreso de las tropas de Irak. Una medida muy polémica que supuso el inicio de un desencuentro con el Gobierno nortamericano de Bush. El secretario de Defensa de aquella época, Dondald Rumsfeld le espetó a Bono: "Si fuera español no me gustaría estar en su situación".
El accidente del avión Yakovlev 42 en el que murieron 62 militares españoles supone uno de los asuntos más graves con los que tuvo que lidiar Bono. Más allá de la tragedia y de la negligencia a la hora de identificar los cadáveres, el caso del Yak 42 revela un gravísimo episodio de corrupción: "Se pagaron 149.000 euros del presupuesto público español para alquilar un aparato que costó 38.500 euros. ¿Quién se quedó con más de cien mil euros? España pagó el seguro de vida de los soldados, pero el seguro no se llegó a contratar. ¿Quién se quedó con el dinero?", se pregunta Bono.
El motivo de su dimisión
Bono explica su dimisión por una disconformidad con la reforma del Estatuto de Cataluña. El autor se explaya en este punto dejando claras sus críticas a la deriva secesionista: "¿Qué sentido tiene que un Gobierno presidido por un socialista venga a poner el solfa la propia Constitución?",escribe. Pero los desacuerdos no sólo son con su Gobierno; también se hace eco del comentario de un jefe militar sobre el escaso interés del Rey en el asunto del Estatuto. Bono no está solo en sus apreciaciones. José Enrique Serrano afirma: "Este PSOE no es el que conocimos vertebrando al país, cuando era el partido que más se parecía a España"
La perspectiva del tiempo transcurrido le da a Bono la posibilidad de hacer un balance de los últimos gobiernos socialistas. Considera que con el Gobierno de Zapatero se consiguieron conquistas sociales que van a quedar para la historia como el fin de ETA y el matrimonio homosexual, aunque reconoce que su Gobierno no supo captar que se estaba gestando una crisis social de enorme calado. A su juicio también se falló en el tema de Cataluña y esta fue "su gran discrepancia".
