A veces la poesía puede ser mucho más certera que una batería de datos: número de contagiados, de parados, de millones de pérdidas. En esta maraña tan cercana estos días, a veces también una canción puede servir de radiografía de un momento o del estado de ánimo de una parte de la sociedad.
`'La primavera se estrelló en un hospital' canta ahora Miguel Ríos con su voz curtida. “En la sociedad del riesgo triunfa la desigualdad -continúa-, los héroes cotidianos quieren respirar”. Y acaba rematando con uno de los estribillos ya de esta pandemia: “Y la estirpe de Caín, siembra la cizaña entre el maíz. Enciende el polvorín. Arde el planeta”.
Ha vuelto el Miguel Ríos más reivindicativo. 'La estirpe de Caín', una canción con aires de folk, es el segundo tema original que Miguel Ríos, de 76 años, escribe y publica -junto con 'El blues de la tercera edad'- después de 12 años. Ambas canciones, con la banda The Black Betty Trío, son la avanzadilla de un nuevo disco aún sin fecha de salida, algo que ya no extraña en la provisionalidad en la que estamos instalados.
La indignación ante el coronavirus
Parecía un león tranquilo disfrutando tranquilo de las rentas y la experiencia, pero la indignación y la pasión han hecho que Miguel Ríos ruja de nuevo. Esta vez contra la estirpe de Caín: “La estirpe de los sembradores de odios y toxicidades es amplia” nos cuenta para Antena 3 Noticias el cantante. “La lista de esos “caínes” sería extensa. Su característica principal es el egoísmo negacionista y su habilidad es colocar mentiras como verdades irrefutables”.
Miguel Ríos no señala, pero la letra de su canción da pistas:
“En los barrios las colas del hambre / Hay ricos en Mercedes que gritan libertad”. Una clara alusión a esas manifestaciones en coches llenos de banderas de España protagonizadas por simpatizantes de VOX y de la derecha de nuestro país. Nada nuevo en Miguel Ríos, que siempre ha sido claro a la hora de dar sus ideas políticas. Un artista que también tiene su particular fórmula para sacar algo bueno de esta pandemia: “Saldremos fortalecidos como sociedad, si logramos colocar lo público como razón de estado, frente a las políticas neoconservadoras”.
Y de lo general a lo particular. A saber qué está aprendiendo el veterano artista estos meses: ”Aunque parezca que estamos viviendo un pasaje del descenso a los infiernos que relatara Dante en ‘La divina comedia’, no debemos abandonar la esperanza de que saldremos de esta pesadilla”.
Después de tantos años en la carretera, entre el cinismo y la esperanza, Miguel Ríos elige sin dudar: “La esperanza es lo último que se pierde en la casa de la buena gente”.