A veces hay películas que como muchos cuadros tienen decenas de pinceladas y matices. Un ejemplo más llega esta semana a a los cines.
'La señora Lowry e hijo' se acerca a la figura del pintor LS Lowry a través de la complicada relación con su madre. Con una excelente fotografía del español Josep María Civit, aquí se abordan las dudas del artista sobre su obra, el amor filial o la belleza encontrada en cualquier esquina.
Con la aparente fórmula de thriller judicial llega 'La chica del brazalete'. Una joven de 16 años es detenida por el presunto asesinato de su mejor amiga. Y todo, claro, ante el estupor y desconcierto desigual de sus padres. Más allá de los juzgados, aquí se tratan temas como el choque generacional y los prejuicios.
Película lenta y apagada es 'El ombligo de Gui’deani'. Una joven abandona su poblado indígena para vivir con su madre que trabaja como sirvienta. La amargura e insatisfacción por sentirse una esclava empapa toda la historia.
Y por último y en el extremo contrario, mucho más positiva es 'Anton, su amigo y la revolución rusa'. La amistad de dos niños, uno judío y otro cristiano se pondrá a prueba con la llegada del régimen soviético y la primera guerra mundial
Una historia cargada de humanismo donde el amor y la amistad demuestran ser más poderosos que el odio y la represión.