La alfombra roja de los premios BAFTA del cine británico ha sido un foro de reivindicación con el negro que domina los trajes de las actrices y con la presencia de activistas que denuncian el acosos sexual.
Sally Hawkins, Saoirse Ronan, Kristin Scott Thomas, Salma Hayek, Olivia Spencer, Annette Bening, Gemma Arterton o Letitia Wright fueron algunas de las primeras actrices en llegar a la alfombra roja de estos premios, que se entregaron en el Royal Albert Hall de Londres.
Algunas de ellas llegaron acompañadas de activistas como parte de una campaña de apoyo al movimiento "Time's Up", cuyo objetivo es acabar con el acoso sexual en el mundo del cine y lograr la igualdad entre hombres y mujeres.
Arterton, por ejemplo, desfiló por la alfombra con Eileen Pullen y Gwen Davis, dos mujeres que fueron parte en los años sesenta de una serie de protestas para lograr la igualdad de salario para las mujeres.
La protesta de negro llega a los BAFTA tras haber protagonizado también la gala de los Globos de Oro en la ola de protestas contra el acoso sexual que se inició por el escándalo en torno al productor Harvey Weinstein y la campaña "Me Too", que señaló a otros nombres de Hollywood como Dustin Hoffman, John Lasseter o Brett Ratner.