Zamora
Liberan libros en un pequeño pueblo de Zamora para para darles una segunda vida
La localidad de Villaralbo se une al 'bookcrossing', un juego apasionante donde se esconden ejemplares para que sus vecinos los encuentren.
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"Por la foto, tiene que estar por aquí". Pablo no pierde detalle de la pantalla de su teléfono móvil donde aparece una de las pistas que el ayuntamiento de su pueblo, Villaralbo, ha colgado en sus redes sociales para descubrir una de las ubicaciones donde han dejado un regalo.
Es un libro envuelto en papel de colores oculto en el jardín de la plaza de esta pequeña localidad zamorana. "Anda, mira, es un libro de María Gripe, 'Elvis Karlsson', que no conocía", sonríe orgulloso.
A apenas unos metros, detrás del monolito que se erige frente a la fachada del ayuntamiento, un vecino se baja de su bici para descubrir otro ejemplar oculto. Es 'Clara y la penumbra', una obra de José Carlos Somoza. "Éste seguro que le gusta a mi mujer", señala.
Aurora viene de comprar el pan. Y, cuando pasa por delante de la iglesia, un pequeño paquete llama su atención. Se acerca, lo recoge y tras retirar el papel que lo envuelve, descubre un ejemplar de 'El tercer hombre'. "Me parece una propuesta ideal para que los niños y mayores sigamos leyendo", recalca.
Se trata de una iniciativa puesta en marcha por el ayuntamiento de esta localidad de aproximadamente 1.800 habitantes, ubicada a algo más de siete kilómetros de Zamora. "Fue una idea de la bibliotecaria. Aprovechando que es la semana del libro, queremos dar salida a los ejemplares que tenemos duplicados en la biblioteca municipal para liberar espacio", explica Pilar Gallego, concejala de cultura. De momento, ya han liberado 200.
"Queremos darles, además, una segunda vida y hacerlo atractivo, dándole un toque de misterio. Por eso lo envolvemos en papel de regalo, donde escribimos una pequeña reseña con la edad ideal del destinatario y un breve resumen del argumento", aclara Pilar mientras deposita dos libros en la entrada de la sacristía de la iglesia. Unos minutos después, dos pequeños han descubierto el tesoro. Aparcan sus bicicletas, se sientan en un banco a la sombra y arrancan ansiosos el papel que oculta una nueva aventura en forma de libro.
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