De madera, 16 centímetros y "muy usado", así es el consolador romano de 2.000 años hallado en el muro de Adriano

"¿Felicidad, protección, fuerza o placer?" esta es la pregunta que surge tras el último hallazgo recogido del Fuerte Vindolanda dentro del Muro de Adriano. Se trata de un consolador de madera que sería "el primero conocido del mundo romano".

Son varias las curiosidades que rodean a este hallazgo ya que el falo de madera del que hablamos mide 16 centímetros de largo y está tallado en madera de fresno. Los arqueólogos de la Universidad de Cambridge,Rob Collins y Rob Sand, autores del informe apuntan a que este juguete erótico era de una mujer, posiblemente esposa de un alto jefe militar, quien lo guardaba en su casa.

El Fuerte Vindolanda, excavado desde la década de 1930, es un gran baúl de la antigüedad ya que de su basurero se han recogido numerosos objetos relacionados con la vida militar y social de sus habitantes.

El consolador ha sido fechado entre el 165 y el 200 d.C. C. época que nos sitúa con el emperador Antonino, sucesor de Adriano. Su estado de conservación es "muy bueno" por lo que los investigadores se decantan por pensar que no ha estado a la intemperie mucho tiempo antes de ser tirado al basurero. Sus dimensiones exactas son imposibles de conocer ya que según indican los expertos "la madera tiende a encogerse y deformarse, y todas las medidas obtenidas son actuales, por lo que puede haber sido más grande".

Los arquéologos indican que "el uso repetido de objetos de madera puede dañar o empañar sus superficies, dependiendo de la intensidad y frecuencia de la manipulación y el tiempo de uso. Otros factores, como la transferencia de sebo de la piel durante la manipulación, pueden hacer que las superficies se 'pulan' cuando lo hacen. "El mango del marco, también de fresno, sugiere que el agarre repetido durante el movimiento de aserrado, combinado con los aceites de la piel, ha alisado la madera. La superficie tallada original del mango muestra signos de un efecto pulido, la superficie retiene un brillo leve y se siente más suave justo donde el agarre del usuario fue más fuerte".

Precisamente por el uso y el desgaste consideran que el consolador fue utilizado más en su extremo que en los lados por una mujer para estimularse a sí misma, pero este dato no puede ser demostrado.

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