Recorremos el norte cántabro de la mano de María Oruña, autora de 'Puerto Escondido', un noir en el que se entrelazan una casona antigua a orillas del Cantábrico, dos hermanas que viven en la Postguerra, una deidad mesoamericana y una serie de asesinatos que ocurren en la actualidad en la zona de Snatnder, Suances y Santillana del Mar.
La novela está estructurada en dos momentos narrativos, dos momentos paralelos e intercalados, uno actual y otro que tuvo lugar en los años cuarenta. 'Puerto Escondido' se inicia con el descubrimiento del cadáver de un bebé en un caserón de Suances que lleva colgado una pequeña figura maya, un Tlaloc. Oliver, un británico que ha heredado la casa y está reformándola, llama a la policía tras el descubrimiento, momento en el que aparece en escena otro de los protagonistas, la teniente Valentina Redondo, quien con su equipo, y con el mismo Oliver, tendrán que averiguar el nexo que hay entre otros dos asesinatos en la zona, y la historia de dos hermanas, Jana y Clara, en los años cuarenta.
La autora se inspira en uno de los crímenes más sonados de Cantabria: en 1953, una joven ama de llaves al servicio de una hospedería llamada Las Fondas, en Ubiarco, mató y arrojó por el acantilado a su señorito.
Oruña, en un pequeño hotel en Suances situado entre la Playa de La Concha y la de Los Locos, asegura que todos tenemos dos caras y se pregunta dónde está el límite y qué lleva a una persona a traspasarlo."Todos tenemos un lado oscuro controlado por el medio social o la educación", pero "¿y si nos ponemos en la situación límite, si mañana nos quedamos aislados en una casa sin comida, sin agua, quién va a pasar primero el límite, o, y si un psicópata está entre nosotros, qué haría él para pasar el límite?".
Los protagonistas de 'Puerto Escondido' se desenvuelven en un paisaje real que fascina al lector por la fiereza de las costas cántabras y por el esplendor de las tradicionales casonas de la época. Precisamente, en la fachada de una de ellas destaca una máscara dedicada a Tlaloc, el dios azteca de la lluvia, y misma imagen que la de la figurita que llevaba el cadáver del bebé hallado en la casona de Oliver.
Oruña explica que a la hora de escribir la novela, al tratarse de dos historias separadas en el tiempo aunque con un nexo de unión, primero escribió una y después la otra. "Son formas de escribir muy diferentes, se interpela al lector de forma muy distinta y para mí sería muy complicado cambiar de registro constantemente".
Un relato muy elaborado en el que Oruña va dando pistas al lector a través de citas que encabezan cada capítulo, "nada está escrito al azar en la novela", subraya.
'Puerto Escondido', que llega de la mano de Destino, mezcla la intriga policíaca, con la guerra civil y con una historia de amor que se va fraguando a lo largo de la novela.
Para poder contar relatos del periodo de la Guerra Civil en Cantabria, la autora explica que obtuvo información de su abuela y de personas mayores, para así "recuperar la memoria" de otros muchos vecinos de la zona. "Me sorprendió que para la gente de aquí (de la zona cantábrica), la Guerra Civil duró sólo unos meses. Me hablaban del silbido de los aviones, de cómo las personas se escondían en el monte...", sostiene. "Son esas historias perdidas que están dentro de los ancianos que cuidan a sus nietos en los parques", unos recuerdos "magnéticos", añade.
Asegura que la María lectora es muy dura con la María autora, "al ver el texto, tengo que tomar distancia, volver a leerlo, tomar nueva distancia y corregirlo; una sola palabra que no me suena bien, puedo estar un buen rato hasta cambiarla".
La intención de Oruña es que todo el mundo tenga un 'puerto escondido'. "La idea es que entiendas lo que es un 'puerto escondido', cerrar los ojos y pensar dónde estabas olvidándote de todo, sin horarios, sin problemas...", explica.
¿Dónde se encuentra el escondite perfecto, el bastión intocable donde respirar la calma absoluta y el abandono de todo lo que impone la edad, el entorno y el tiempo? ¿Hacia dónde habrá que dirigirse para encontrar ese refugio donde atesoramos, sin saberlo, la más pura felicidad?
Oruña hace un guiño a la escritora navarra Dolores Redondo al poner el apellido de ésta a una de las protagonistas, la teniente Valentina Redondo. "La admiro, salió de la nada y creó un subgénero, algo muy difícil".
Asegura que 'Puerto Escondido' "no es una novela negra clásica, es un mestizaje de géneros", en la que también está presente el humor, ya que, explica, "no quería que fuera la típica novela negra con personajes tristes ante circunstancias de mucha tensión", y "la escapatoria a ello es el humor".
Para suerte de sus seguidores, la segunda parte ya está en camino. En ella repite personajes pero los escenarios no serán los mismos, aunque la trama sí se desarrollará en Cantabria.
Esta es la segunda novela de María Oruña, la primera fue 'La mano del arquero', en 2013, un libro sobre el acoso laboral repleto de contenido jurídico.