Durante el terremoto de Lisboa, los salmantinos se refugiaron en la catedral y nadie perdió la vida. Desde entonces y como agradecimiento a Dios, cada 31 de octubre el mariquelo asciende hasta la veleta.
En esta ocasión por seguridad, no se ha permitido que llegue tan arriba. 25 años lleva este hombre subiendo de esta manera a la torre.