Flamenco

Más de 200 apasionados por el flamenco conviven en un campamento durante una semana para perfeccionar su arte

Durante una semana, cerca de 200 apasionados de de todo el mundo han convivido en un campamento. Un intensivo, con 14 figuras de primera línea, en el que se ha vivido el cante, el baile y el compás de la mañana a la noche.

"¿De dónde venís?", le preguntamos a varios jóvenes y no tan jóvenes en el campus donde durante una semana se han concentrado 180 apasionados por el flamenco para perfeccionar su arte. "¡¡De Colombia...! y Olé!" "¡De Berlín!" "¡De México!" ¡¡De Italia!! "¡De Bilbao y olé!" y así podríamos seguir un buen rato, ya que a esta lista podríamos sumar lugares como China, India o Estados Unidos.

180 estudiantes procedentes de todos los rincones

"Entran aquí un domingo, y salen al siguiente domingo en este caso. En esas veinticuatro horas durante siete días todo es flamenco", nos comenta Christian García, bailaor y director de este campamento donde los alumnos pasan 24 horas sumergidos en este arte. "No sé cómo no les explota la cabeza, pero cuando lleguen a sus casas, a sus países, eso reposen, lo interioricen, y lo practiquen, se llevan un aprendizaje que vale por diez años", afirma una de las profesoras, la famosa bailaora granadina Fuensanta "La Moneta".

Los alumnos se sumergen 7 días, 24 horas al día, en el arte flamenco

"Es una experiencia única porque hacemos al final como si fuésemos una familia. Tenemos también fiestas, podemos hablar con los maestros, nos relacionamos entre todos", añade otra de las docentes, Nuria, Maestra Repetidora.

"¿Qué hace una italiana aprendiendo flamenco?", le preguntamos a la veneciana Francesca. "Pues por supuesto es mi pasión, aquí creo que vamos a tener una formación supercompleta, desde teoría de flamenco, hasta el baile, el cante, tocar la palma, así que estamos muy contentos", nos comenta rodeada de dos compatriotas.

La comida es uno de los pocos momentos de relax para los 180 alumnos de las más variadas procedencias que participan en este campamento flamenco. Divididos en seis niveles, recibirán las enseñanzas de 14 maestros en disciplinas como el baile o cómo llevar el compás.

Se tocan todas las disciplinas del flamenco

"Desayunado, almorzado y cenado, flamenco, y eso es una maravilla", afirma una estudiante colombiana. "Estoy aprendiendo que cuando mi madre baila, yo también tengo que bailar", afirma el más pequeño del grupo, Alberto de 7 años, que no viene oficialmente como alumno si no a acompañar a su madre, quien ya le ha inculcado el arte del baile como nos demuestra rápidamente.

También nos encontramos dos vascas enamoradas del flamenco: "Es un orgullo llegar a mi edad y estar ahí y querida por todos. Eso no se puede pagar con dinero".

"Llegar a terminar unas coreografías que parecen sencillas, pero que no lo son, pues la verdad, nos hace sentirnos muy orgullosas de nosotras mismas", aseguran dos amigas de Bilbao. "Fíjate, fíjate lo que mueve: mueve montañas", concluye "La Moneta" y a fe que es cierto, visto como tiemblan los tablados con el taconeo de los alumnos. Aquí da igual la edad o el nivel. Todos llegan con ganas de aprender.