Alejandro Amenábar redescubre aspectos poco conocidos de los comienzos de la Guerra Civil y a la vez lanza un aviso sobre el actual "repunte del fascismo" en "Mientras dure la guerra", su vuelta al cine español tras su periplo internacional con la que compite en el 67 Festival de San Sebastián.
"Somos otra generación, crecimos en la Transición. Personalmente me sorprendió darme cuenta de que no sabía nada de lo que ocurrió", ha dicho en rueda de prensa. "Nuestra generación ha pasado de puntillas por la Guerra Civil y es bueno para un país conocer su historia para evitar que algunos episodios vuelvan a pasar".
La película, que no ha sido acogida con excesivo entusiasmo por la prensa en el festival, se centra en la turbulencia interior con que vivió el golpe el escritor Miguel de Unamuno (Karra Elejalde), por entonces rector de la Universidad de Salamanca y en cómo pasó de apoyar la sublevación, desengañado de la Segunda República, a enfrentarse públicamente a los golpistas con aquel famoso "Venceréis pero no convenceréis".
"Me interesaba ese torbellino interior y cómo eligió el momento más inoportuno para poner coherencia en su vida", ha señalado Amenábar, que ha recurrido a abundantes fuentes documentales para ser fiel a los hechos, especialmente ese episodio del Día de la Raza, cuando el autor de "Niebla" se enfrentó públicamente al general Millán Astray.
Aunque no existe registro sonoro de la famosa frase, el director de "Tesis" tiene claro que Unamuno "la lió parda", ya que esa misma tarde le revocaron el acceso de socio al Casino de Salamanca, dos días después fue destituido como rector y pusieron un guardia en la puerta de su casa.
Pero quizá la parte más interesante del filme es el relato de cómo Franco,interpretado por Santi Prego. accedió al poder, lo que el director llama "el golpe a los golpistas". A ese hecho alude el propio título del filme.
La frase "mientras dure la guerra" figuraba en un documento firmado por el bando nacional al comienzo del conflicto para dar el poder a Franco solo con carácter temporal, pero desapareció misteriosamente. Amenábar retrata a Franco como un tipo apocado y tímido, una "mosquita muerta" con ambición y un gran tesón.
"Queríamos profundizar en el personaje, dar una versión seria, intentamos entrar en su cabeza", ha asegurado. Su inteligencia táctica queda de manifiesto en otro de los hechos poco conocidos hasta ahora: cómo cambió de bandera. "Los militares no se alzaron contra la república sino contra el gobierno", ha recordado Amenábar, "al principio la bandera republicana seguía ondeando y fue una jugada de Franco cambiar de bandera para atraer a los monárquicos".
El director está convencido de que ocho décadas después España sigue teniendo un "problema de identidad" que arrastra desde entonces. "Los símbolos son importantes, quería confrontar al espectador con esa bandera que reinstauró Franco y se quedó ahí y un himno en el que ni siquiera nos ponemos de acuerdo para cantar una canción", ha dicho.
Sobre la situación actual ha declarado que la película es también una llamada de atención sobre el repunte del fascismo. "Creíamos que formaba parte de la mitología, que era algo extinto y estamos viendo que los extremos vuelven y posturas que a mi me inquietan en política, una pasión desaforada y una falta respeto".
Amenábar regresa con este filme a San Sebastián cuatro años después de presentar, fuera de competición, "Regresión", un thriller psicológico protagonizado por Ethan Hawke y Emma Watson.