La gala de los Nobel suena a clarines y trompetas, dos instrumentos que acompañaron a los 1.300 invitados que recogieron su galardón en el Palacio de Conciertos de Estocolmo en Suecia, para todas las categorías excepto para el Nobel de la Paz. El Rey Carlos Gustavo de Suecia encabezó una comitiva que siguiendo el riguroso protocolo se sentó intercalando hombre y mujer sin apenas espacio y con la petición expresa de no ir al baño entre plato y plato para no causar atascos en los pasillos.
Cinco horas de cena amenizada por un espectáculo circense y los discursos de los premiados que han pronunciado unas palabras de agradecimiento siempre en inglés, como dicta el protocolo, salvo el laureado en Literatura Mo Yan. Yan ha despertado gran interés. Su elección no está exenta de polémica, pero ajeno a ella el literato ha triplicado las ventas de su novela en los dos últimos meses.La editorial que le lleva en España augura que será estrella de ventas estas Navidades, una de las épocas de más ventas para este sector.